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La falacia de la «pedagogía única» – Parte 3: Pedagogía y religión

Esta es la continuación de un artículo que responde a las críticas de algunos profesores «cristianos». Estos profesores se molestaron por mi análisis de algunas corrientes pedagógicas (por ejemplo en «Cosmovisión cristiana y educación escolar»), y argumentaron que «La pedagogía es una sola, y además no tiene injerencia en la religión. Por tanto no es aceptable definir y distinguir diversas corrientes pedagógicas.»

En la Parte 2 hemos examinado si de verdad «la pedagogía es una sola», y hemos encontrado que este argumento es absurdo, puesto que existe una gran variedad de corrientes pedagógicas con sus respectivas filosofías, principios y prácticas muy distintos.

Pasaré ahora a la segunda parte del argumento: ¿La pedagogía no tiene injerencia en la religión?

El argumento implica que también viceversa, la religión no tiene injerencia en la pedagogía: «No es legítimo poner una pedagogía cristiana en contra de una pedagogía no cristiana, porque pedagogía y religión son campos separados.»

¿Qué hacemos entonces con los tantos pasajes bíblicos que hablan acerca de la educación de los niños? Por fin, la crítica vino de profesores que se llaman «cristianos» a sí mismos. Entonces deberían tener un conocimiento (aunque tal vez superficial) de lo que dice la Biblia.
La Biblia nos dice por ejemplo quienes deben educar a los niños: sus padres. (Vea Deuteronomio 6:4-7, Salmo 78:5-8, Proverbios 1:8-9, 2:1-6, 4:1-6, 5:1-2, 6:20-22, Efesios 6:1-4, y otros.)
La Biblia nos dice cómo educar a los niños: «en disciplina y amonestación del Señor» (Efesios 6:4), sin provocarlos a ira, ni exasperarlos o desanimarlos (Efesios 6:4, Colosenses 3:21), etc.
La Biblia nos dice qué contenidos enseñar a los niños: la Palabra de Dios y sus implicaciones (Deuteronomio 6:4-7, Salmo 78:5-8).

Esta es solamente una muy pequeña muestra de lo que la Biblia enseña acerca de la pedagogía. Obviamente, «la religión» (mejor dicho, los principios de Dios) sí tiene injerencia en la pedagogía. Quien niega esto, está atacando un punto esencial de la fe cristiana: Está atentando contra la soberanía de Dios. Esto es un asunto serio. Si Dios es Señor de todo, ¡El es también Señor sobre la pedagogía! Un profesor que quiere arrancar la pedagogía de las manos de Dios, para establecer su propia «pedagogía única», ¡se está rebelando contra el señorío de Dios!

Entonces, una pedagogía basada en principios contrarios a la Palabra de Dios, está a su vez afectando «la religión» (o sea, el señorío de Dios). «El que no es conmigo, es contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama», dijo Jesús (Lucas 11:23). Un montón de profesores «cristianos» están actualmente desparramando los principios de Dios y los niños de Dios, por someterse a una falsa «pedagogía única» en contra de Dios.

Pero el asunto no se queda ahí no más. Junto con esta «pedagogía única», entra todo un caudal de métodos, enseñanzas y contenidos en las aulas escolares, que son igualmente contrarios a la Palabra de Dios:
– Al obligar a los alumnos a leer leyendas paganas y cuentos esotéricos en los libros de lectura, los profesores los inducen a una cosmovisión y religiosidad pagana.
– Al hacer que los niños llenen hojas de preguntas donde se les pide que «opinen», y después sus opiniones son calificadas según «correctas» e «incorrectas», están entrenando a los alumnos a ser hipócritas (escribiendo lo que suponen que el profesor quiere escuchar, en vez de lo que opinan en realidad).
– Al enseñar a los alumnos que el hombre es un pariente cercano del mono, los inducen a verse a sí mismos como animales, en vez de valorarse como creados en la imagen de Dios. (No extraña, entonces, que los niños escolares a menudo se comportan como animales. De hecho, una buena parte de «la pedagogía» se basa en experimentos de entrenamiento de animales.)
– Al enseñar «valores» según los currículos estatales y globales, están remplazando los valores de Dios por los valores de la sociedad humana globalizada.
– Al enseñar «educación sexual» desde los primeros años de la escuela primaria, están invadiendo la intimidad y privacidad de los niños pequeños, y están despertando impulsos que después llevan a la promiscuidad sexual entre los adolescentes.
– Al someter a los alumnos al sistema escolar estatal sin cuestionarlo, están socavando la autoridad que Dios otorgó a los padres (no al estado ni al profesor) para la educación de sus hijos.
– Etc. etc.

Cada uno de los puntos mencionados (y se podrían añadir muchos más) afecta directamente «la religión», o mejor dicho, la verdad de Dios y de Su palabra.

Por eso, la falsamente llamada «pedagogía única» tiene mucha injerencia en «la religión». Es un ataque masivo contra la soberanía de Dios y contra los principios y verdades de Dios. Si hay profesores cristianos que la apoyan, entonces esto comprueba una sola cosa: que estos profesores «cristianos» en realidad nunca se han sometido al señorío de Dios. Tal vez se han hecho miembros de una iglesia, han asumido una «religión», están participando en ritos religiosos – pero nunca han sometido su vida, inclusive el ejercicio de su profesión, bajo la autoridad de Jesucristo. Profesores verdaderamente cristianos son tan difíciles de encontrar como la proverbial aguja en el pajar.

¡Es por eso que en este país todavía no existe ninguna educación cristiana que merece este nombre!

(Continuará…)

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