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James Dobson: Un padre mira atrás

Lo siguiente es una charla del psicólogo cristiano Dr.James Dobson, que fue difundida hace años en su programa radial «Enfoque a la familia». Sus pensamientos me parecen importantes, y por tanto deseo compartirlos también con los lectores de este blog.


Hace 7 años, mi esposa y yo estábamos involucrados en una serie de películas acerca de la familia. Entonces yo intenté hacer una decisión en el conflicto entre el ministerio de llevar un mensaje al mundo, y la necesidad de estar en casa con mi familia. Yo hice muchas diferentes cosas durante mi vida, pero creo que lo más sabio que jamás hice era quedarme en casa y ver cómo mis hijos crecieron. El día de hoy es como una celebración de esa decisión. Durante esos 7 años, no solamente tuve la oportunidad de pasar mucho tiempo con mis hijos, sino también tuve tiempo para reflexionar. Esta noche quisiera compartir con ustedes algunas de esas reflexiones que hice mientras yo pasaba por mis propios años de la mitad de la vida.

Tengo 48 años ahora. (Tendría 49, pero un año estuve enfermo. 🙂 ) Entonces tengo todo derecho de pasar por una crisis de la mitad de la vida. Un hombre en esta crisis se viste con una camisa de seda – no sé por qué, pero lo hace -, la desabrocha hasta su ombligo, y muestra mucho vello canoso que lo ha secado con secadora. También maneja carros rápidos. Esto ayuda en alguna manera, no sé por qué, pero necesita hacerlo. Probablemente está peleando con su esposa porque la edad de ella le hace recordar la suya, y esto le molesta. Dicen que una noche un hombre entró al dormitorio y vio como su esposa se frotaba la cara con una crema y la preguntó: «¿Para qué es esto?» – «Para las arrugas.» – «Parece que funciona, ya tienes un montón de ellas.» 🙂

Parte del síndrome es también que el hombre se escapa con su secretaria. Tengo aquí un artículo del «Los Angeles Time» que dice: Un hombre encontró un aviso en el diario donde se ofrecía un carro Mercedes a 57 dólares. Llamó al teléfono indicado, convencido que el precio debía ser un error. Le respondió una señora: «No, el precio es correcto.» – «¿Está el carro malogrado?» – «No, está en condiciones perfectas.» – «Entonces ¿por qué lo vende en un precio tan ridículo?» – «Bueno, mi esposo me llamó desde Las Vegas. El está allí con su secretaria, me dijo que me está abandonando y que está en quiebra por haber jugado al azar, y me pidió vender el carro y enviarle la mitad de lo que me paguen.» 🙂

Bueno, yo no estoy pasando por este tipo de crisis. Shirley y yo tenemos 24 años de casados, somos muy felices, y tampoco tengo camisas de seda. Entonces este no es mi problema. Pero les contaré dónde me encuentro en este momento, y esto es muy en serio. Durante los últimos 7 años, y especialmente los últimos tres, yo pasé por un tiempo de reevaluación. Estaba pensando acerca del sentido de la vida y sus preguntas más importantes, como: ¿Quién soy realmente? ¿Y qué estoy haciendo aquí realmente? ¿Y adónde estoy yendo realmente? ¿Qué voy a hacer con el resto de mi vida aquí en la tierra? Hay algo en los años 40 que parece gritarte constantemente estas preguntas. Parece que estás obligado a luchar con estas preguntas porque ves como la arena en la ampolleta se está acabando. Pasé por esto y saqué dos conclusiones al final. No son muy profundas, pero hicieron un impacto sobre mi vida.

La primera tiene que ver con la rapidez con la cual pasa el tiempo. Hace pocos años recibí el golpe de mi vida. Estaba escribiendo un libro y necesitaba terminarlo en poco tiempo. Entonces me fuy a un hotel en Dallas, Texas, y estaba escribiendo allí unos 10 días hasta terminar el libro. Solía despertarme temprano, tener mi devocional y después escribir todo el día hasta las 4 p.m. cuando me sentía agotado y nesecitaba unos ejercicios. Me gusta jugar basket, aunque realicé que un hombre de 48 años no tiene nada que ver en una cancha de basket. Pero me gusta el juego. Entonces caminé media cuadra hasta el YMCA para jugar. Obviamente no había nadie de mi edad allí, solamente unos chicos de 16 ó 18 años que me miraban como si yo tuviera 105. Les pregunté si podía jugar un partido con ellos, y por fin dijeron que sí. Había un chico negro con una habilidad tremenda que me estaba cubriendo constantemente. La presión de esta competencia y de todos los chicos alrededor que me miraban como a un abuelo me hizo regresar veinte años, me acordé de unos trucos y movimientos, me esforcé e hice tres canastas seguidos. Entonces ese chico me miró, hizo un paso atrás y dijo: «Hombre, ¡usted tiene que ser algo en su orgullo!» – Yo lloraba todo el camino a casa. Desafortunadamente yo no era nada en mi orgullo, lo que hizo el asunto aun peor.

Muchos escritores han escrito acerca del pasar del tiempo, pero me parece que la persona que lo comprende mejor que todos los filósofos es una pequeña mujer llamada Erma Bombeck. Ella nos hace reir con sus cuentos acerca del envejecerse, pero a veces ella nos hace llorar. En su pieza «Cuando la madre se convierte en la hija y la hija en la madre», ella describe los cambios en la relación entre ella y su madre, y el estrés que resultó de ello. Dice que su madre siempre estaba tan fuerte, tan estable, tan independiente; la persona que ella admiraba y que era el ejemplo para su vida. Pero poco a poco cambiaba esta relación hasta que la madre se convirtió en la hija, y Erma se convirtió en la madre. Dice que empezó cuando Erma estaba manejando un carro y su madre estaba sentada a su lado. De repente había una congestión del tráfico, y Erma tuvo que frenar bruscamente para no chocarse con el carro en su delante, e instintivamente estiró el brazo para agarrar a su madre para que no se choque con las parabrisas – en vez de que su madre la hubiera agarrado a ella para que no se choque con el volante. Se miraron un momento y realizaron que algo había cambiado en su relación.
Vino la navidad cuando Erma preparó el pavo y su madre puso la mesa; y los momentos cuando Erma dijo a su madre: ¿Me acompañas a hacer compras? o: ¡De verdad te ves linda en este vestido! – como su madre había dicho a ella miles de veces antes. Y más y más la madre se convierte en la hija y la hija en la madre, y es difícil para Erma y ella dice: «¡No lo quiero! No quiero ver como mi madre se vuelve dependiente de mí.» Pero el tiempo avanza irresistiblemente, y cuando su madre llega a la vejez, es Erma quien dice: «Mamá, ¿me harías el favor de ya no hablar de «haber visto a papá anoche»? Tú sabes que él se fue hace diez años.» Y la madre es la hija y la hija es la madre.
Poco después, Erma estaba sentada en el carro al lado de su propia hija que estaba manejando. De repente hubo una congestión del tráfico y su hija frenó bruscamente, e instintivamente estiró el brazo para proteger a Erma para que no se choque con las parabrisas. Y en la última línea dice: «Dios mío, ¿tan rápidamente …?»

Yo estoy ahora en ese punto. Mi madre se está convirtiendo en mi hija y yo me estoy convirtiendo en su padre. Mi padre murió en l977, y mis padres eran verdaderos amigos. Eran «una sola carne» en el sentido bíblico, y cuando murió mi padre, fue como si mi madre hubiera sido partida en dos. Ella nunca será la misma. Hace unos años ella tuvo que pasar por unos exámenes abdominales, y siempre cuando una mujer en sus 70 tiene problemas intestinales, hay una pequeña palabra de 6 letras en la cual todos piensan. Doy gracias a Dios que las pruebas salieron negativas, y me fui a su casa para darle la noticia y conversar con ella. Dije: «Mamá, ¿no es una buena noticia? No tienes cáncer, vas a estar bien.» Ella sonrió, diciendo: «Oh sí… estoy agradecido y también agradezco al Señor.» Pero después añadió: «¿Puedo ser sincera acerca de una cosa? … ¿Comprenderías si yo te dijera que yo pensaba que posiblemente iba a ver a papá pronto? y que estoy solamente un poquito decepcionada.»

Si usted quiere ver cómo pasa el tiempo, mire a las personas más cercanas, en su propia familia. No mire a la gente afuera. Mire cómo cambia su relación con sus propios hijos. Mire a sus hermanos, sus tíos, sus padres. Pienso que esta es una de las causas de la crisis de la mitad de la vida. Cuando un hombre llega a sus años 40, no es unusual que puede perder a su padre, y esto hace un impacto emocional. Le hace pensar acerca de la vida y cuán corta es.

Les dije que Shirley y yo somos casados por 24 años, y faltan solamente 18 años hasta que yo tenga la edad en la cual mi padre falleció. Diciéndolo de otra manera: Hace dos meses hice un pequeño cálculo: Si yo alcanzaré la edad que alcanzó mi padre, entonces ya he vivido 72% de mi vida. ¡Hace nueve años yo estaba todavía en mis 30! ¿Comprende lo que es la «crisis de la mitad de la vida»? En primer lugar, el término es equivocado. ¡La mitad de la vida es en los años 30! Si usted está en sus 30 y se considera joven, después de pasar la próxima esquina le quedan solamente 28% de su vida.

Algunas personas podrían pensar: ¡Qué pensamiento mórbido! Pero no es así. Es un concepto muy importante y bíblico. El rey David escribió acerca de ello: «El hombre, como la hierba son sus días, florece como la flor del campo. Que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más.» (Sal.103:15-16). Es un concepto importante porque pone todo lo demás en su perspectiva correspondiente. El materialismo se vuelve vacío y sin sentido desde esta perspectiva, por lo menos como una razón para vivir. Tiene que haber algo más importante que esto.

Cuando nos casamos, no teníamos absolutamente nada – y parecía que nos íbamos a quedar con esto durante los próximos diez años. No teníamos problemas financieros porque no teníamos finanzas. Pero por fin mejoramos y pude pagar los gastos enormes de la escuela y entrar al colegio médico de los EE.UU. y empezar a escribir libros etc, y las cosas empezaron a cambiar. Pero una parte del análisis durante los años 40 tiene que ver con el sentido de la vida, y las cosas materiales no tienen mucho que ver con ello.

El Señor tuvo unos caminos interesantes para transmitirme este mensaje – incluso un juego de monopolio. Cuando yo era niño, me gustaba mucho este juego. Pero durante 30 años no lo había jugado, hasta que un día mi hija adolescente llegó a casa y dijo: «¡Papá, salió un nuevo juego! Se llama monopolio. Seguramente te gustará.» Yo dije: «¿Por qué no?» Entonces nos sentamos para jugar mi primer juego de monopolio después de 30 años, y regresaron los patrones antiguos. Yo empecé a ganar, y adquirí todos los lugares bonitos, y empecé a plantar casitas verdes por todas partes, y pronto se convirtieron en los grandes hoteles rojos, y gané dinero como loco, lo guardé en mi bolsillo y debajo de la tabla del juego y tenía billetes de $500 en mis zapatos, y mi familia se estaba retorciendo y a mí me gustaba. La avaricia había regresado. Pero de repente todo terminó, mi esposa y mi hija tiraron los dados contra mis hoteles que se cayeron en fila, pan, pan, pan, y ellas salieron para acostarse porque yo había ganado, y me dejaron a mí guardar el juego solo. Entonces yo estaba sentado allí, a medianoche, guardando el juego, y empecé a sentirme muy vacío.
Después el Señor me habló. No con una voz audible, pero usted sabe cuando es El que habla. Me dijo: «James, presta atención, porque te voy a dar una lección. Esto no es solamente un juego de monopolio que estás jugando. Esto es el juego de la vida. Tú sudas y te esfuerzas y ahorras y construyes y creces y tienes una cuenta bancaria y tienes propiedades y un seguro de pensiones y todo eso … y después haces un movimiento equivocado, volteas tu carro en la pista de alta velocidad donde no deberías hacerlo, pan, pan, pan, y todo se regresa a la caja de juguetes. Hasta el último centavo, todo tiene que volver a la caja, cada noche. El carro fúnebre no tiene detrás un remolque con una caja fuerte. No puedes llevar nada contigo.»

(Continuará)

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Pediatras y psiquiatras alemanes advierten: Las casas-cunas causan enfermedades psíquicas

Hace poco, unos expertos alemanes en pediatría y psiquiatría, dirigieron un llamado serio al gobierno de su nación, advirtiendo acerca de los efectos dañinos que tiene el cuidado de niños pequeños afuera de su casa, en las guarderías infantiles, casas-cunas, o «wawa-wasis», como se llaman aquí en el Perú. Me parece apropiado publicar este documento aquí, puesto que los países latinoamericanos están haciendo experimentos similares, sin tomar en cuenta el bienestar de los niños ni las investigaciones al respecto.
Algunos detalles que son de interés solamente para la situación específica de Alemania, fueron omitidos en esta versión.


Los expertos advierten: El estado premia el abandono de niños. Las subvenciones a las casas-cunas son premios por privar a los niños del amor paternal.

«Se ha comprobado que los niños menores de tres años que se encuentran en casas-cunas, están expuestos a un estrés crónico. Este estrés trastorna el desarrollo del cerebro. En consecuencia, se socavan las capacidades de ser amables, de relajarse, de ser amigables, saludables y equilibrados.» Según el Dr. Dawirs del Instituto para Ciencias Relacionales.

Según numerosos expertos, la «estimulación temprana en centros de cuidado diurno» es pura imaginación y ha sido completamente refutada. Sin embargo, este sinsentido sigue siendo utilizado para justificar el «maltrato colectivo de niños», dejándolos diariamente en abandono emocional en las casas-cunas.

Un número creciente de expertos ya no soporta esta situación, donde se desperdician billones para dañar a los niños, en vez de reforzar las competencias educativas de los padres.

A partir de 2013, los padres que abandonan a sus hijos dejándolos en casas-cunas, serán ahora (en Alemania) premiados con una subvención. El estado gasta su dinero para financiar el cuidado de niños pequeños afuera de sus casas, en vez de apoyar con este dinero a los padres (que educan a sus hijos ellos mismos).

Los políticos que apoyan este aumento de las casas-cunas, declaran así públicamente que están de acuerdo con hacer daño a los niños, y que las vidas de los niños no les importan. El estado premia a los padres por negar a sus hijos el amor paternal.

El Dr. Maaz del Instituto de Chorin confirma: «Durante los primeros tres años de la vida se decide cuán segura o insegura de sí misma será una persona más adelante, cuan comprensiva y solidaria, o cuan llena de odio y violenta, cuan sana emocionalmente o cuan trastornada.»

Aquellos políticos que exigen el cuidado de niños menores de tres años por personas ajenas a la familia, no nos rinden cuentas de sus razones por desear un derecho a maltratar profundamente a 750’000 niños pequeños. Una forma de cuidar a niños pequeños que sistemáticamente los enferma psíquicamente, no debe subvencionarse.

FIRMAN:
Dipl.-med. Bettina Seiser, Bad Blankenburg
Dr. med. Raphaela Haberkorn, Bergen (Rügen)
Dipl.-Psych. Constanze Pflüger-Sarlan, Berlin
Dr. Sabine Stiehler, Dresden
Dipl.-Psych. Iris Graurock, Dresden
Dr. med. Friederike Beier, Dresden
Psicotherapeuta de niños y jóvenes Sabine Lück, Wendeburg
Dipl.-Psych. Christina Weidelt, Halle
Dipl.-Psych. Ute Schulz, Halle
Dr. med. Ulrike Gedeon-Maaz, Halle
Dr. med. Hans-Joachim Maaz, Halle
Dr. med. Uta Wiegeleben, Halle
Prof. Dr. rer. nat. Ralph R. Dawirs, Erlangen
Dipl.-Psych. Elke Stechbarth, Hildburghausen
Dipl.-Psych. Ilka Bläß, Leipzig
Dipl.-Psych. Susanne Leistner, Leipzig
Dr. med. Stephanie Kant, Magdeburg
Dr. med. Ines Buchholtz, Magdeburg
Dipl.-Psych. Ekbert Kreztschmar, Naumburg
Dipl.-Psych. Yvonne Pickenhain, Naumburg
Dipl.-Psych. Frank Stechbarth, Suhl
Dr. med. Anneliese Merker, Weimar
Dipl.-Psych. Anke Borchardt, Leipzig
Dipl.-Psych. Jörg Klemm, Jena


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Como los centros de cuidado diurno pueden destruir una nación

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Citas de «La educación prohibida»

En el artículo anterior presenté la película documental «La educación prohibida». A continuación una colección de citas de la película que me gustaría resaltar. Estas darán una pequeña idea del contenido:

«Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para la competencia, y la competencia es el principio de cualquier guerra.»
(Pablo Lipnizky, Colombia)

«En teoría, todas las leyes de educación nos hablan de objetivos de desarrollo humano profundos: valores humanos, cooperación, comunidad, solidaridad, igualdad, libertad, paz, felicidad; son llenas de palabras hermosas. Pero la realidad es que la estructura básica del sistema promueve justamente los valores opuestos: la competencia, el individualismo, la discriminación, el acondicionamiento, la violencia emocional, el materialismo…»
(German Doin, Argentina)

«En Argentina, la inmensa mayoría de los niños dicen: Qué macana, hoy es lunes, tengo que ir otra vez a esa escuela. Pero este no es el peor de los datos: La inmensa mayoría de los docentes en Argentina dicen lo mismo.»
(Carlos Wernicke, Argentina)

«Es mucho más fácil decir: Ahora se callen, ahora abran el cuaderno, ahora agarren el lápiz rojo – lo cual es un adiestramiento canino. Esto no es educación.»
(Carlos Wernicke, Argentina)

«Nuestro problema para la comprensión de la escolarización obligatoria tiene su origen en un hecho inoportuno: el daño que hace desde una perspectiva humana, es un bien desde una perspectiva del sistema.»
(John Taylor Gatto, EEUU.)

«Observando como actúan los niños, descubrimos que usan todos los criterios de un investigador dotado, exactamente los mismos. Por supuesto que hay distintos niveles de complejidad; pero no hay niño que no sea sistemático en la observación. No hay niñita pequeña que no esté observando, que no esté generando experimentos. Si siguen haciéndolo, mañana van a ser científicos, mañana van a ser artistas. Hay que dejarlos.»
(Dr. Carlos Calvo Muñoz, Chile)

«(En la escuela) desvirtuamos el proceso educativo, que es el descubrimiento, no el aprendizaje, de las verdades.»
(Dr. Carlos Calvo Muñoz, Chile)

«A todo nivel, el ser humano aprende lo que hace. Tiene que esforzarse para aprender lo que no hace.»
(Carlos Wernicke, Argentina)

«Este niño habla demasiado, tendría que ser más silencioso. Este niño habla muy poco, tendría que ser más hablador. Este niño juega poco, tendría que jugar más. Este niño es muy movido, tendría que estarse más quieto. Haga lo que haga, parece que está mal. Tiene que acabar siendo el niño estándar que hace exactamente la mitad de todo.»
(Carlos González, pediatra, España)

«Una de dos: O los niños ahora son mucho más hiperactivos que antes – cosa que me cuesta creer, pero entonces tendríamos que preguntarnos cuál es la causa de este problema y qué hemos hecho para que los niños estén así. O los niños son igual que antes, y entonces ¿qué hemos hecho para que ya no los aguantamos?»
(Carlos González, España)

«La escuela tiene que ser un banco de experimentación, una apertura de posibilidades totales.»
(Helen Flix, España)

«Uno no puede aprender libertad en teoría, y después cuando uno sale de la escuela, ser libre. Los chicos tienen que ser libres en la escuela.»
(Ginés Del Castillo, Argentina) – yo añado: «… o ser libres de la escuela».

«No podemos pretender que un joven pueda tomar decisiones conscientes sobre su vida, su entorno, su país, si siempre decidimos por él cómo debe ir vestido a la escuela, qué debe aprender, o qué hacer en su vida.»
(German Doin, Argentina)

«No se puede dar lo que uno no tiene. O sea, todo lo que se enseña, debe tener el aval de la propia experiencia, de la propia vida.»
(Fernán Melledas, Argentina)

«Los que están enseñando, vienen de un sistema de educación represiva. Por lo tanto, los maestros que enseñan, no saben cómo gestionar sus propias emociones. Por lo tanto, no pueden enseñarlas. (…) Si realmente en la educación no eres feliz, no estás educando.»
(Sergi Torres, España)

«Tienes que hacer un trabajo interior muy profundo de sensibilidad, de conciencia, de armonía, de alegría, para atreverte a llamarte maestro.»
(Gabriela Obregón Gutiérrez, México)

«Cuando estás realmente conectado con los chicos, sales de las clases como rejuvenecido, lejos de irse de la escuela cansado, te vas con un montón de energía (…) Yo pienso que ser maestro es un privilegio en esta vida (…) sales transformado. Tienes que estar muy, muy ciego para no aprovechar de esta oportunidad de crecimiento…»
(Sandra Majluf, Argentina)

«Parece que los padres piensan que criar a un hijo es una actividad profesional. Es decir, que yo para criar a mi propio hijo debería estudiar, debería esforzarme, y como al fin y al cabo probablemente no lo acabo de hacer bien, por mucho que me esfuerce, pues lo mejor es que directamente deje al niño a un profesional, a un pedagogo, un pediatra, un psicólogo, que ellos sí saben de cuidar hijos. Y no es así. Los únicos que pueden criar bien a los hijos, son los padres.»
(Carlos González, pediatra, España)

«Cuando un niño vuelve de la escuela a casa, la pregunta que los padres hacen: ¿Qué hiciste?, y ¿cómo te fue?, y ¿qué aprendiste? – Pero la pregunta que normalmente nunca hacemos, es: ¿y cómo te sentiste hoy en la escuela?»
(Miguel Angel Domínguez, Uruguay)

«Creo en que las mamás y los papás estamos volviendo a ser los educadores que fuimos en algún momento, más allá de ir y botar a tu hijo en algún lugar donde parece que lo van a educar, estamos diciendo: No, momento, esto no lo acepto; y creo que lo demás tiene que surgir de allí.»
(Gabriela Obregón Gutiérrez, México)

«Hay una sola cosa que realmente es importante, y es – el amor. Si queremos una sociedad diferente, lo único que realmente tenemos que hacer es amar a los niños, para que ellos aprendan a amar a otros. Los conocimientos van a venir solos.»
(Pablo Lipnizky, Colombia)

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