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A las familias peruanas: ¡El ministerio de educación no quiere que la escuela sobrecargue a sus hijos!

Estoy escuchando de familias peruanas cuyos hijos están todo el día encerrados con libros y cuadernos, o ante la pantalla de una computadora siguiendo los dictados de sus profesores. Veo que muchos profesores no saben hacer otra cosa que reproducir en video lo que suelen hacer en el aula: Exponer contenidos abstractos, exigir que los niños copien todo literalmente, y dar a todos las mismas tareas rutinarias. Me sorprendí al descubrir que nada de eso es la intención del ministerio de educación. Al contrario, las normas del ministerio de educación plantean una pedagogía bastante favorable a un desarrollo sano de los niños. Por ejemplo:

  • No se debe sobrecargar a los niños con tareas, ni con muchas horas ante la pantalla. Para la primaria, no más que dos horas al día.
  • Se debe fomentar el aprendizaje por proyectos (prácticos), más que con libros y cuadernos.
  • El programa debe adaptarse a las necesidades y los intereses de cada estudiante. O sea, no se debe exigir que todos hagan lo mismo. Los niños son diferentes, y aprenden de maneras diferentes.
  • El aprendizaje sucede también en los quehaceres cotidianos de la familia. (El ministerio de educación lo llama «transmisión intergeneracional de saberes».)

Es posible que en otros países exista una situación similar. Si usted tiene hijos en el sistema escolar, o si usted es profesor(a), averigüe lo que dice el gobierno acerca de una buena estrategia educativa.

Padres, madres, y profesores(as), que siempre deseaban explorar métodos educativos más adecuados a las necesidades de los niños, ¡ahora tienen una oportunidad única de hacerlo! Cuando hayan adquirido un poco de experiencia con ello, y vean los resultados, es probable que no querrán volver al sistema convencional.

Padres y madres, si sus hijos están sufriendo bajo un programa inadecuado o demasiado exigente de parte de su escuela, ¡libérenlos de ello! Las normas del ministerio de educación les darán la razón. (Más detalles abajo.)

Aquí hay una pequeña selección de artículos acerca de métodos alternativos de aprendizaje:

En detalle: Lo que dice el ministerio de educación

A continuación citaré unos detalles de la Resolución Viceministerial N° 00093-2020-MINEDU, del 25 de abril de 2020, con el título «ORIENTACIONES PEDAGÓGICAS PARA EL SERVICIO EDUCATIVO DE EDUCACIÓN BÁSICA DURANTE EL AÑO 2020 EN EL MARCO DE LA EMERGENCIA SANITARIA POR EL CORONAVIRUS». El documento completo se puede descargar desde la página web del ministerio de educación del Perú. – Enlace directo al documento 

5.2.1 EL SERVICIO EDUCATIVO EN LA EMERGENCIA SANITARIA

La atención educativa en el estado de emergencia sanitaria no puede adoptar la misma forma de los períodos regulares. (…) No se pretende reproducir los modos del trabajo educativo presencial. (…)

No se espera desarrollar todas las competencias previstas para el año, por lo cual es importante recordar la noción de ciclo que establece el currrículo nacional, lo que permite seguir desarrollando el año siguiente las competencias que este año no se hayan consolidado.
(…)
Las tareas y los horarios necesitan replantearse. No es saludable mantener a los estudiantes muchas horas frente a la computadora, viendo televisión o haciendo tareas. El horario de estudio se organiza en períodos más cortos, de acuerdo con las edades, garantizando que no se agobie a los estudiantes con muchas tareas.

6.2.2 PLANIFICACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

(…) Dado que el enfoque por competencias se desarrolla idealmente mediante proyectos, se promoverá el empleo de este tipo de metodologías, y otras coherentes con el enfoque (estudios de casos, ABP [Aprendizaje basado en proyectos]) para que los estudiantes integren, vinculen, movilicen diversas competencias.

6.2.3 MONITOREO, SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN

(…) Las actividades planteadas a los estudiantes deben ser retadoras pero posibles de realizar por ellos mismos sin sobrecargar a los estudiantes, considerando como prioridad su bienestar emocional.

Fomentar el uso de estrategias flexibles y personalizadas. Siempre hay diferencias individuales, pero en situaciones de crisis estas diferencias se profundizan aún más. Los docentes, junto con las familias, deben mostrar más que nunca flexibilidad y creatividad en las estrategias para llegar a cada uno de sus estudiantes de la mejor manera.

7.1.3 PLANIFICACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

(…) b. Alertas importantes
Considerar que durante las etapas de aislamiento social no se debe saturar a los estudiantes con tareas y obligaciones, ni planificar actividades en las que se les fuerce a desarrollar las acciones previstas para un año regular. (…) Los padres de familia deben acordar con sus hijos cómo realizarán las actividades, si lo harán siguiendo el orden propuesto u otro, de acuerdo a sus características, intereses y las posibilidades de la familia.
(…) Se debe considerar que el tiempo adecuado para un niño de inicial a 2º grado de primaria frente a la pantalla no debe ser mayor a 1 hora, para niños de 3º a 6º grado de primaria no más de 2 horas y, en secundaria (…) puede ser de 2 bloques de 2 horas cada uno.

(…) Tener en cuenta que la planificación que realicen debe ser considerada siempre como una hipótesis de trabajo y por tanto es flexible adaptándose a las necesidades de los estudiantes. El contexto actual exige considerar el impacto que genera la situación de aislamiento en todas las personas, en particular de nuestros estudiantes.

(…) c. Recomendaciones
(…) Fomentar que al interior de las familias se desarrollen actividades de transmisión intergeneracional de saberes de su cultura, costumbres, relatos y otros que construyan la identidad cultural de los estudiantes. En consecuencia, las acciones de aprendizaje deben desarrollarse también en otros espacios como la chacra, con una actividad como el tejido, la realización de cerámica, y todas aquellas que la comunidad posee.

7.1.4 MONITOREO, EVALUACIÓN Y RETROALIMENTACIÓN AL PROCESO DE APRENDIZAJE

Durante la modalidad a distancia, se espera que cada docente realice las siguientes acciones: (…)
– Fomentar entre los estudiantes el uso del portafolio como fuente de evidencia de sus aprendizajes. En el portafolio los estudiantes deben registrar actividades, guardar productos o trabajos, colocar ideas y todo aquello que les parezca importante para el aprendizaje. Ello será evidencia de los aprendizajes que luego se analizará con ellos en la etapa presencial y se retroalimentará. (…)
Escuchar, evaluar y retroalimentar de manera formativa a los estudiantes, garantizando el diálogo sobre sus avances y dificultades, para ajustar oportunamente las estrategias de apoyo y para que los estudiantes puedan reflexionar sobre sus aprendizajes.

7.3. ORIENTACIONES PARA ATENDER LA DIVERSIDAD (…)

Actualmente existen estudiantes que no logran desarrollar sus aprendizajes por la falta de una mirada de atención a la diversidad, por lo que se requiere de respuestas pedagógicas que provean oportunidades de aprendizaje diversas, pero de igual calidad para todos los estudiantes, independientemente de sus características personales, atendiendo a la variabilidad de talentos, necesidades especiales y ritmos de aprendizaje. (…)

9. ORIENTACIONES PARA LAS FAMILIAS

(…) Es importante respetar que cada uno de los estudiantes aprende de forma diferente.
(…)
5. El horario diario debe considerarse que para niños de educación inicial y primaria 2 horas diarias es un tiempo adecuado y en secundaria pueden ser 2 bloques diarios de 2 horas cada uno.
(…)
8. Animarlos, felicitarlos, abrazarlos y decirles que están orgullosos de ver cómo hacen sus trabajos.
9. Generar un buen clima para el aprendizaje, ayudarlos a resolver dudas y preguntas que podamos resolver. Evitar actitudes de maltrato como regaños, gritos, amenazas, palabras despectivas, entre otros.


Unas consideraciones adicionales para familias

Las normas del ministerio de educación se dirigen a los profesores. Pero algunos profesores, acostumbrados a la manera tradicional de «dictar clases», no serán capaces de ponerlas en práctica. En esos casos nos corresponde a nosotros como padres, crear en casa un ambiente de aprendizaje agradable.
Los padres somos los responsables por el bienestar y la educación de nuestros hijos. (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Art.26.3; Constitución Política del Perú, Art.6 y 13.)
Entonces, también nos corresponde a los padres, proteger a nuestros hijos contra exigencias inadecuadas y exageradas.

Si un(a) docente o una escuela exige más horas de clases o de tareas que lo normado (2 horas para primaria), libere a sus hijos de la carga excesiva: «Ya has trabajado lo suficiente. Si estás cansado(a) de eso, puedes descansar o jugar.»

Si los contenidos son demasiado difíciles o demasiado fáciles para un(a) niño(a), permítale estudiar otros temas que corresponden a su nivel. Por ejemplo, puede escoger materiales de un grado anterior, resp. de uno más avanzado.

Si un(a) niño(a) se aburre con los contenidos, permítale estudiar en su lugar algún otro tema que lo interesa más. (Vea los puntos 7.1.3 y 7.3. en las citas arriba.)

Respecto al portafolio que los estudiantes elaboran, dice también en las «Orientaciones generales para docentes», en la página web del programa oficial «Aprendo en casa«: «Los productos revisados no se utilizarán para fines calificativos.» O sea, un(a) profesor(a) no puede rebajar notas a un(a) alumno(a) por entregar un portafolio con trabajos distintos a los que pidió el profesor. Los profesores deben respetar la diversidad de talentos, necesidades e intereses de los alumnos.

Lo mismo está estipulado en la Resolución Viceministerial 088-2020-MINEDU, en el Anexo 1, «Aprendo en casa – Orientaciones para profesores de educación básica», III. «Orientaciones para escenarios con conectividad».

Si los padres deben «evitar actitudes de maltrato como regaños, gritos, amenazas, palabras despectivas» (9.9), entonces hay que exigir lo mismo de los docentes. Si observamos «actitudes de maltrato» en un(a) docente, debemos defender a nuestros hijos.

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Niños encerrados en casa – ¿qué hacer?

En la actual cuarentena, millones de niños en todo el mundo tienen que pasar sus días encerrados en casa. Es urgente tomar medidas para satisfacer las necesidades de los niños de moverse, de estar al aire libre, de tener contacto con la naturaleza. Si esas necesidades no son satisfechas, los niños pueden sufrir daños serios en su desarrollo y en su salud.

Las ventajas de tener un jardín

Si usted pertenece a las familias felices que tienen un jardín, o por lo menos un patio, entonces puede ofrecer a sus niños las tres cosas de una vez: ejercicio físico, aire libre, y naturaleza. Provea oportunidades de pasar tiempo en el jardín, con tanta frecuencia como sea posible. Puede ser para ayudar en los trabajos normales de un jardín (voltear tierra, siembra, riego, cosecha, etc), o para jugar, o para hacer ejercicios juntos, o para observar plantas y animales … incluso para observar las estrellas de noche, si no hay demasiadas luces alrededor que interfieren. Dependiendo de las circunstancias, quizás pueden incluso armar un espacio en el patio con una mesa y sillas, y una sombrilla, para comer o hacer tareas escolares allí.
Si no tienen esta posibilidad, ¿quizás tienen algún vecino que todavía no se contagió con el pánico generalizado, y que estuviera dispuesto a «prestarles» su jardín o patio por unas horas a la semana? (Respecto a los riesgos de contagio, vea más abajo.)

Otras formas de conseguir aire libre

Quizás su casa tiene un balcón o una azotea. Piensen en unas actividades que pueden hacer con los niños en esos espacios: Saltar soga. Ayudar a lavar y extender la ropa. O incluso trasladar la mesa familiar a uno de esos espacios, algunas veces.
Todos tenemos que hacer compras. Encargue a los niños con eso, de vez en cuando. Así tienen la oportunidad de salir temporalmente de su encierro.
Ventile su casa con frecuencia: Abra todas las ventanas, aun las puertas si es posible, durante unos minutos cada día, o incluso varias veces al día. Contrario a lo que algunos noticieros nos hacen creer, las enfermedades respiratorias se propagan mayormente en ambientes cerrados. La mejor prevención es salir al aire libre – o si eso no es posible, por lo menos hacer que el aire entre a nuestra casa.

Ejercicio físico

Muchos ejercicios de gimnasia pueden realizarse aun en espacios reducidos. En internet se pueden encontrar muchas ideas para ejercicios. Establezca su rutina de gimnasia familiar o individual, por lo menos 20 minutos al día. Aquí también recuerde: Ventile su «gimnasio» con mucha frecuencia.
También algunos trabajos del hogar, o trabajos manuales, proveen un buen ejercicio físico. Involucre a los niños en ello, según sus capacidades. Por ejemplo: Barrer y trapear el piso; lavar los servicios; lavar ropa; trabajos de carpintería; etc. – Quizás les gustaría variar la ubicación de los muebles de la sala, o del dormitorio. Aparte del esfuerzo físico que requiere, combate el aburrimiento, y provee una oportunidad para una limpieza más detenida.
Si su casa tiene varios pisos, a los niños les gustará subir y bajar las gradas de diferentes maneras: caminando, corriendo, subiendo dos gradas a la vez, saltando con los dos pies juntos, saltando con un solo pie … (Por razones de seguridad, se recomienda practicar las variaciones «saltando» solamente de subida, no de bajada.) – Si viven en un bloque, quizás los vecinos se pueden quejar de la bulla. Enseñe a los niños cómo hacerlo con un mínimo de bulla. Y al mismo tiempo, hable respetuosamente con sus vecinos acerca de las necesidades de los niños, y pídales un poco de tolerancia. No solamente los niños deben ser educados respecto a las necesidades (o preferencias) de los adultos; también los adultos necesitamos ser educados respecto a las necesidades de los niños.

Un parque de juegos en la casa

¡Esto es para los valientes! Pero con un poco de iniciativa, destreza y creatividad, los niños podrán tener hasta su pequeño parque de juegos. Por ejemplo:
Una tabla puesta sobre dos ladrillos, puede servir de subibaja.
Una tabla ancha y lisa puede colocarse de manera inclinada de la cama al piso, para que sirva de rodadero. (No debe tener astillas.)
En el marco de una puerta se puede fijar horizontalmente un tubo fuerte de metal, a una altura suficiente para que los niños puedan colgarse con las manos, columpiarse, y hacer otras acrobacias. El tubo tiene que fijarse con suficiente seguridad para que aguante el peso; y al usarlo se recomienda poner una colchoneta debajo para amortiguar caídas.
Si la casa tiene vigas de madera, en una de ellas se pueden fijar dos ganchos fuertes para colgar un columpio. – Se puede hacer lo mismo con una viga de cemento, pero requiere mayores cuidados para que los ganchos aguanten el peso.
Una vez que empiecen, seguramente tendrán más ideas. Solamente tomen siempre las precauciones de seguridad necesarias.

Traiga la naturaleza a la casa.

Si no tienen jardín, pueden cultivar unas plantas en maceteros en la casa. Para los niños es una buena lección de biología (¡y de paciencia!), observar el crecimiento de las plantas. En vez de comprar plantitas, pueden también sembrar cualquier clase de semillas que encuentran en su alimento diario: arvejitas, habas, granos de maíz, pepas de frutas, de tomates, etc…
Algunas mascotas se pueden criar aun en un departamento pequeño: hámster, canario, peces en un acuario, y otros. A algunos niños incluso les gusta tener orugas, hormigas o caracoles como «mascotas». Solamente hay que prepararles un ambiente adecuado: con suficiente aire, alimento, tierra, y bien cerrado para que no puedan escapar.

En este contexto deseo señalar una vez más que el pánico por la pandemia es en gran parte injustificado. En los medios de comunicación y en las redes sociales circulan muchas noticias sesgadas y sensacionalistas. En el siguiente enlace se encuentran muchas informaciones bien documentadas que ayudan a mantener el equilibrio:
http://piensachile.com/2020/03/un-medico-suizo-analiza-la-informacion-que-circula-sobre-el-covid-19/
En particular, como se documenta en esta página, diversos epidemiólogos han señalado que es contraproducente, mantener a los niños encerrados. Eso solamente debilita la salud de ellos, y demora el proceso de alcanzar la inmunidad generalizada de la población, lo cual es lo único que puede detener una pandemia. Para los niños mismos, el riesgo de desarrollar una enfermedad seria en consecuencia de un contagio con coronavirus es prácticamente nulo. El único verdadero riesgo consiste en que los niños a su vez pueden contagiar a otras personas, quienes sí están en riesgo. Entonces, desde el punto de vista de la salud no hay ningún problema con que los niños salgan afuera; solamente hay que cuidar que no estén en contacto cercano con personas que pertenecen a un grupo en riesgo.

Limite los tiempos de pantalla.

Es una gran tentación que los niños (¡y adultos!) estén compensando su aburrimiento con mayores actividades de «pantalla»: mirar tele, jugar juegos de computadora o en el celular, chatear, etc. Eso se agrava ahora con la educación a distancia que transmite la mayor parte de sus contenidos por medios de «pantalla». Particularmente para los niños, eso conlleva un riesgo elevado para su salud física y mental, como documenta este artículo: http://drupal6.allianceforchildhood.org/fools_gold_spanish

Tenemos que encontrar alternativas a las actividades de pantalla. Por ejemplo, en vez de jugar juegos de computadora, juegue juegos de mesa con sus niños. Aprendan nuevas manualidades. Lean libros. Hagan experimentos. Inventen cuentos.

Si buscamos en internet ideas para tales actividades, es preferible que los padres hagamos la mayor parte de la búsqueda, y no los niños. Los niños son más vulnerables, porque sus ojos y cerebros están todavía en pleno desarrollo. Los adultos aguantamos más horas de pantalla con menos efectos dañinos para nuestra salud.
Lo mismo aplica a la educación a distancia. Por lo menos durante la etapa de la primaria, es mejor que los padres recibamos las informaciones y las ideas para actividades educativas, y después las transmitamos a los niños en persona. Asi evitamos una sobrecarga de tiempo de pantalla para los niños, y al mismo tiempo les proveemos el contacto personal que ellos necesitan. – Algunos ejercicios vienen por internet, pero requieren solamente leer y escribir o dibujar. En este caso, si tenemos la posibilidad, los podemos dar a los niños como hoja de trabajo impresa, para que no necesiten mirar la pantalla para resolverlos. Así podemos reducir las horas de pantalla a aquellas actividades que realmente requieren que los niños interactúen ellos mismos con un programa de computadora; y quizás una o dos actividades «divertidas» que los niños mismos escogen. Por lo demás, es mejor que se ocupen con personas y objetos reales, concretos.

Respecto al tema de la educación, vea también «Aprender en casa – ¡pero bonito!».

Encuentre un equilibrio entre estar juntos y estar a solas.

Muchas familias tienen actualmente más tiempo juntos. ¡Eso es una gran oportunidad! Aprovéchela para conocer mejor a sus niños, para compartir experiencias, para resolver conflictos. Haga un esfuerzo para comprenderlos mejor.
Pero eso puede ser también una gran carga. Especialmente si en la familia existen ciertos patrones de comportamiento conflictivo que se repiten con frecuencia. Eso se puede agravar cuando la familia pasa mucho tiempo juntos, y puede requerir la ayuda de una persona de afuera para resolverlo.
Es una buena idea, reservar ciertos tiempos para reuniones familiares. Podemos tener reuniones para charlar y jugar; para comer juntos un postre rico; para hacer juntos alguna reparación en la casa que hace tiempo ya se debía hacer; etc. También necesitamos de vez en cuando una reunión de «consejo familiar», donde cada miembro puede plantear asuntos que se deben solucionar, y juntos llegar a acuerdos y soluciones.

Por el otro lado, todos – adultos y niños – tenemos también la necesidad de estar solos. Esa necesidad difiere según el temperamento individual: las personas introvertidas necesitan más tiempo a solas. Respetemos también esta necesidad. Hay que conceder a cada miembro de la familia un «lugar de retiro» donde puede aislarse cuando siente esa necesidad – sea para reflexionar a solas, para orar, para llorar, para superar una crisis emocional, o simplemente para descansar. Si cada miembro de la familia tiene su propia habitación, es lógico que su habitación sea también su lugar de retiro. Si varias personas comparten una habitación, hay que encontrar otra solución. Algunos ya pueden estar contentos si se pueden esconder en su cama debajo de la frazada, y si pueden saber que los demás respetarán su privacidad y no los molestarán en ese lugar. A algunos les gusta retirarse al baño – solamente que eso causa problemas si otra persona necesita urgentemente usar ese lugar. Para los niños se pueden también construir unas casitas de cartones grandes, y colocarlas en unos rincones libres. Estas casitas pueden servir tanto para jugar como para lugares de retiro.

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Un virus chino da la vuelta al mundo (y no es el coronavirus)

No, no me refiero al «COVID-19». (De ése se debate todavía si su origen es realmente chino.)

Durante los últimos años, China ha reforzado mucho sus sistemas de vigilancia y control total de la población. Aunque los medios de comunicación internacionales han prestado poca atención a ese hecho; pero China está en camino de vuelta a los oscuros tiempos maoístas, con constantes violaciones de los derechos humanos, y una «reeducación» forzada de sus ciudadanos.
En las ciudades, el gobierno tiene medios para saber de cada ciudadano, en cada momento, dónde se encuentra: Las calles son vigiladas mediante cámaras con software de reconocimiento facial. Se controlan todos los datos de ubicación y uso de los teléfonos celulares. Y como si eso no fuera suficiente, en los últimos meses se hicieron experimentos (bajo pretexto de la epidemia del coronavirus) con brazaletes electrónicos que transmiten constantemente la ubicación de su portador.
Toda esa vigilancia está conectada con el sistema de «crédito social», el cual también se perfecciona cada vez más. El gobierno mantiene un banco de datos acerca de cada ciudadano, desde su nacimiento. Almacena sus datos personales, su historia clínica, sus notas escolares, sus conexiones sociales, sus opiniones políticas y religiosas, y todo detalle acerca de su comportamiento que al gobierno le parece relevante. Según esos datos, a cada persona se le asigna un puntaje de «crédito social». Si tienes un puntaje bajo, tienes menos derechos que las personas con alto puntaje. Por ejemplo, no tienes acceso a un buen puesto de trabajo; no puedes usar aviones ni trenes rápidos; y otras limitaciones. El puntaje sube con un buen rendimiento, o cuando te haces miembro del Partido Comunista y apoyas al gobierno. El puntaje baja cuando eres incumplido, cuando cometes faltas y delitos; pero también cuando expresas opiniones críticas hacia el gobierno, o cuando te haces cristiano.
Por supuesto que eso contradice todo ideal de «igualdad». Pero se procede según el lema propagandístico que hace mucho tiempo ya expuso George Orwell (el autor de «1984») en su otra novela famosa, «Granja de animales»: «Todos los animales son iguales; pero algunos son más iguales que otros.»

En estos últimos años, los líderes y la prensa del así llamado «mundo libre» han sido muy tibios en sus críticas al sistema chino. Es de sospechar que muchos gobiernos de otros países, secretamente anhelan ejercer el mismo control total como el gobierno chino. De hecho, en nuestro ambiente ya existe un equivalente inoficial del «crédito social»: las así llamadas «redes sociales» (en realidad redes de espionaje corporativo), donde la gente deposita voluntariamente todos los datos que permiten identificar cuál es su estilo de vida, su situación económica, sus opiniones, quiénes son sus amigos – en breve, todo lo que un gobierno totalitario desea saber acerca de sus ciudadanos. De hecho, los gobiernos ya lo saben, gracias a esas «redes sociales». Y si publicas opiniones contrarias a lo que se considera «políticamente correcto», tienes menos derechos: tus publicaciones se censuran, se invisibilizan, o tus cuentas se cierran completamente. Y no sólo eso: ya hubo casos de personas que perdieron su empleo, por publicar comentarios que disgustaron a sus empleadores o al gobierno. Igual como en China.

La epidemia del coronavirus fue la oportunidad de reforzar ese control gubernamental aun mucho más. Y no solamente en China: ahora los gobiernos del mundo entero se están infectando con ese virus chino, que más acertadamente se abreviaría con POVIG (estado POlicial y de VIGilancia total). Se han anulado derechos humanos tan fundamentales como el derecho de usar la vía pública, o el derecho de trabajar. Personas son tratadas como criminales por el mero hecho de visitar a un familiar, de atender a un cliente, o de dar un paseo en la naturaleza (donde no existe peligro de contagio alguno). Si eso se hace en China, no es sorpresa: es parte del sistema chino. Pero ahora parece que repentinamente, el mundo entero está tomando el sistema chino como su gran modelo y ejemplo. Esta pandemia del POVIG es más peligrosa que todo virus, porque mata no solamente a personas individuales: mata a toda la sociedad en conjunto. Mata a la libertad y al estado de derecho; mata la confianza mutua de todos; mata la economía; y en consecuencia causará también más muertes físicos que todo virus.

«Pero estamos en una emergencia», me dirán. De acuerdo, estamos en riesgo de contagiarnos con una enfermedad. No sólo desde este año. Cada año mueren hasta 650’000 personas de la gripe (influenza), y 1’600’000 (un millón seiscientos mil) de tuberculosis, según las cifras de la OMS. ¡No existe una vida sin riesgos! Si alguien tiene una enfermedad contagiosa, tiene que aislarse. Si alguien en mi entorno tiene gripe o tuberculosis, es preferible mantener una distancia. Todo eso no es novedad. Pero hasta hace poco, se consideraba que cada persona adulta es capaz de evaluar y gestionar esos riesgos por sí misma. Eso es lo que ha cambiado radicalmente desde el contagio con POVIG. Ahora se nos trata como a niños pequeños que son castigados con encerrarlos en su habitación. Aun algunas de las sociedades más «avanzadas» están recayendo en los modelos dictatoriales que se creían superados desde hace tiempo. ¡Y la gente lo aplaude!

«Pero hay que impedir que la gente salga y ponga a otros en riesgo», quizás me dirán. Pero suponiendo que tienes el virus y te encuentras con otras personas, ¿a quiénes pones en riesgo? – Solamente a aquellos que por su parte decidieron exponerse al riesgo, y acercarse a ti. (A no ser que tú invadas a la fuerza la esfera privada de otra persona. Pero no quiero asumir que tú seas la clase de persona que hace eso.)
En tiempos de pandemia se sabe que el riesgo de contagio es alto. Entonces quienes no quieren correr el riesgo, se aíslan voluntariamente. Sin necesidad de que un policía los esté vigilando constantemente. Ese dicho de que «hay que impedirlo» (con toda la fuerza y violencia del gobierno), eso es exactamente un síntoma del contagio con POVIG. Hasta hace poco, nadie hubiera dicho que había que declarar el estado de emergencia y cerrar los negocios y mandar a la policía a patrullar las calles, para impedir que la gente se contagien unos a otros con tuberculosis o con gripe.
Otro síntoma del POVIG es el pánico generalizado. La gente en pánico busca a cualquier «salvador» que les promete controlar la situación, aun si con eso pierden su libertad, su trabajo, y su dignidad humana. Pero a menudo el pánico se puede aliviar con informaciones documentadas y basadas en investigaciones, como las enumeradas aquí y en la documentación enlazada. (¡Esas informaciones se difunden raras veces en los medios de comunicación!)

«Pero la gente es irresponsable, no se cuidarán si no se los obliga», dirán otros. No se dan cuenta de que esa irresponsabilidad es justamente un producto del sistema (sobre todo del sistema escolar) que interfiere con las decisiones más personales de la gente. Las medidas dictatoriales solamente refuerzan ese círculo vicioso de la irresponsabilidad.
Aun los gobernantes son víctimas de este mismo sistema, como señala el educador peruano León Trahtemberg en su blog:
«La dificultad de las autoridades nacionales (…) de responder adecuadamente a los retos como el de la epidemia de coronavirus (…) tiene que ver con el hecho de que en su infancia e incluso vida universitaria han sido educados para pensar linealmente, por casilleros separados según disciplinas, con certezas y sin imprevistos o sorpresas, teniendo los profesores todo bien controlado: “si estudias el material según el libro o lo que dice el profesor y respondes según esas certezas en los exámenes, sacarás buenas notas en cada curso individual y con eso estarás preparado para la vida universitaria y profesional”.
Así, una enseñanza frontal, (…) sin que el alumno piense críticamente, indague, plantee hipótesis y preguntas, (…) sin que la empatía juegue rol alguno al abordar los temas de estudio, (…) quedan indefensos ante lo imprevisto.»

El mundo hispanohablante es notoriamente propenso a las dictaduras, desde los tiempos coloniales o quizás aun antes. Así que tal vez mis lectores no pueden entender de qué estoy hablando, cuando me refiero a una sociedad libre y responsable. Mucha gente prefiere vivir bajo una dictadura, en vez de pagar el precio de la libertad, el cual consiste en tener que asumir la responsabilidad por sus propias decisiones y actos. Pero aun así, las colonias españolas lucharon por su libertad y la consiguieron. ¿De verdad estamos dispuestos a perderla tan fácilmente?

Estamos viviendo nuevamente la situación del pueblo de Israel cuando pidieron vivir bajo un rey. Dios mandó al profeta Samuel a advertirlos cómo el rey les iba a quitar sus bienes y su libertad:

«Este será el derecho del rey que habrá de reinar sobre ustedes: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros, y en su gente de a caballo (…), los pondrá asimismo a que aren sus campos, y cosechen sus cosechas. (…)
Asimismo tomará vuestras tierras, vuestras viñas, y vuestros buenos olivares, y los dará a sus siervos.
El diezmará vuestros sembríos y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos.
(…) Y ustedes clamarán aquel día a causa de su rey que se habrán elegido, pero el Señor no les oirá en aquel día.»

(1 Samuel 8:11-18)

Varios siglos más tarde, Dios evalúa esa época de la siguiente manera:

«Te di un rey en mi furor, y lo quité en mi ira.» (Oseas 13:11)

Parece que actualmente el mundo está condenándose a repetir la misma historia. Quien pone su confianza en el gobierno en vez de Dios, tendrá que sufrir bajo el gobierno.

Quizás tenemos que escuchar acerca de este tema a alguien con un trasfondo distinto. Edward Snowden, el ex agente de la CIA que vive exiliado en Rusia desde que destapó públicamente los mecanismos del gobierno estadounidense para espiar a sus propios ciudadanos, dijo hace poco en una entrevista:

Eso es lo que la gente no entiende: El coronavirus es un problema serio. Pero es un problema pasajero. (…) Pero las consecuencias de las decisiones que hacemos ahora son permanentes. Es crucial recordar eso, desde la perspectiva de una sociedad libre. Un virus es peligroso. Pero la destrucción de los derechos es fatal. Es algo permanente que no recobraremos. Perdemos derechos por los que hemos luchado en revoluciones, por los que hemos fundado movimientos que tomaron cientos de años para ganarlos, y después los perdemos en un momento de pánico

(Entrevistador): Si hay una necesidad sincera y urgente de combatir un virus (…), ¿no estaría bien suspender brevemente ciertas libertades fundamentales, para alcanzar un bien mayor para la sociedad?
(Snowden): ¿Cuándo fue la última vez que usted recuerda una breve suspensión de las libertades civiles? (…) Cuando se decretan medidas de emergencia, se vuelven pegajosas. La emergencia se extiende; las autoridades empiezan a disfrutar de sus nuevos poderes, mientras que la emergencia original pasa. El coronavirus pasa; el terrorismo ya no es gran cosa. Pero ellos encuentran nuevas aplicaciones, nuevos usos para los poderes que adquirieron. Y dicen: «(…) Quizás podemos pasar una nueva ley para que eso sea permanente.» Eso está pasando en país tras país. Se convierte en una cultura de seguridad donde dicen: «Mira, si hay cualquier riesgo, tenemos que reducirlo al mínimo, no importa el costo.» (…) Si empezamos a destruir los derechos para mejorar las cosas, en realidad las empeoramos.

¿Qué sucede si en el transcurso de una generación hemos construido una arquitectura de opresión? Usted quizás dice: «Mi gobierno no es tan terrible; yo confío en él.» (…) Pero después viene otro líder y tiene todo ese sistema a su disposición. Y ustedes ya no tienen ningún poder civil para resistirlo. Ya no pueden coordinar, no pueden reunirse en público, porque el gobierno se entera al instante (…) Ni siquiera necesitan mandar la policía para tomar alguna acción. Pueden notificar a tu empleador, y ya no tienes trabajo. Pueden revocar tu permiso de residencia, si no eres ciudadano. Todo eso se puede incluso programar de antemano [en computadoras]. Nos movemos cada día más hacia ese mundo; cada día que dejamos que el pánico domine sobre nuestras decisiones, en vez de reflexionar racionalmente acerca de las consecuencias inevitables de esta limitación de nuestros derechos.

El gobierno siempre va a abusar de la gente. La única manera de conseguir un gobierno mejor, es el desacuerdo. Cuando la gente se levanta y dice: «Eso va demasiado lejos. No estoy de acuerdo, no me gusta (…) Yo quiero esa otra cosa.» Eso es democracia. Eso es como llegamos a un consenso. Si no expresamos nuestras opiniones y nuestras convicciones, y especialmente si no estamos dispuestos a defender nuestras convicciones, entonces no tenemos ninguna influencia.

(Fuente: Entrevista de «Copenhagen Documentals» con Edward Snowden.)

Quizás Snowden es una excepción, y a muchos de verdad la libertad no les importa. Solamente considere este último punto: Desde que el supuesto «mundo libre» ha adoptado los métodos chinos, sus gobernantes y sus admiradores ya no tienen autoridad moral para criticar a un Xi Jinping de China, un Kim Yong Un de Corea del Norte, o a un Nicolás Maduro de Venezuela. – Pero quizás eso tampoco les importa. Ahora todos somos China.


Este artículo es a la vez una prueba para ver si todavía existe el derecho de libre expresión en las plataformas de internet. Mientras que el artículo sigue aquí, podemos asumir que todavía existe un poco de apertura. Si este artículo o el blog entero fueran borrados por la censura, entonces sabremos definitivamente que las advertencias pronunciadas aquí son ciertas.

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Aprender en casa … ¡pero bonito!

Por causa de la epidemia del coronavirus, en diversos países se están lanzando experimentos para que los alumnos estudien en casa. También aquí en el Perú, el Minedu (Ministerio de educación) empezó a propagar la idea de que los alumnos aprendan en casa. Sería bueno que en esta oportunidad se empiecen a valorar las experiencias de aquellas familias que venimos haciendo eso exitosamente desde hace muchos años, no por obligación sino por convicción, como una alternativa educativa completamente válida. O sea, las familias que practicamos la educación en casa o «homeschooling»; y que podemos testificar que funciona.

Así que me atrevo, desde mi posición como padre de dos hijos adultos educados en casa, dar unos consejos a los padres y familias que piensan en enseñar a sus hijos en casa, o a facilitarles oportunidades para aprender en casa.

(Consulte también los otros artículos de este blog en las categorías Educación en el hogar, Escuela activa, Experiencias y testimonios, y Matemática.)

Empiece con una actitud positiva.

No piense: «¡Tanta carga! Con todos los problemas que ya tengo, ahora todavía tengo que enseñar a mis hijos.» En su lugar, piense: «Ahora tengo una oportunidad de pasar más tiempo con mis hijos. Tengo una oportunidad de proveerles unas experiencias de aprendizaje más divertidas que en la escuela. Voy a poder conversar con ellos y jugar con ellos, y así profundizar nuestra relación mutua» (¿algo que quizás Ud. no hizo mucho durante los años pasados?)

No traiga el sistema escolar a la casa.

Este punto resume todo lo que deseo decir en este artículo. Los métodos del sistema escolar producen muchas experiencias negativas en los niños, y así causan problemas psicológicos y de aprendizaje. (Vea los artículos en la categoría El sistema escolar y sus problemas.) ¡Usted no necesita ser un(a) profesor(a) para sus hijos! Eso solamente causaría tensiones y conflictos en su relación personal con ellos. Incluso, si usted es profesor(a) de profesión, haga un esfuerzo consciente de dejar atrás ese rol en la relación con sus hijos.

Aun unas familias que hacen «homeschooling», piensan que tengan que tener una «escuela en casa» y hacer todo como se hace en la escuela. Pero con eso se pierden las mayores ventajas de una educación en casa. Al no estar bajo las presiones del sistema escolar, ¡tenemos la oportunidad de hacerlo mucho mejor que la escuela!

Quizás usted no puede imaginarse otra forma de «aprender», que la que usted mismo(a) experimentó en la escuela. Infórmese acerca de las alternativas que existen, y comience a desescolarizar su mente. En los siguientes puntos esbozaré lo que eso puede significar.

Permita a los niños aprender lo que ellos pueden entender.

Quizás usted piensa que sus hijos necesariamente tengan que resolver las tareas «que corresponden a su grado», o «que están en su libro escolar». Pero en muchos casos, esas tareas son demasiado exigentes para el nivel de entendimiento del niño. Muchas investigaciones científicas demuestran que los niños necesitan pasar primero por unos procesos naturales de maduración del cerebro, antes que puedan entender ciertos temas que se les enseña en la escuela. Cuando intentamos acelerar este proceso artificialmente, solamente hacemos que los niños se desanimen y se confundan.

Entonces, no se deje presionar a que sus hijos «avancen en el libro escolar donde se han quedado», ni que se sometan a un programa rígido de tareas. Y si usted es funcionario(a) del sistema escolar, director(a) o profesor(a) de una escuela, ¡por favor no intente imponer un tal programa rígido sobre las familias de sus alumnos! La imposición de currículos cronogramados y normados por edades obedece únicamente a razones administrativas, pero no pedagógicas. Ya es muy problemático hacer eso en la escuela. Pero si los padres en sus familias empiezan a imponer esa clase de presiones directamente sobre sus hijos, pueden malograr irreparablemente su relación personal con sus hijos. La relación entre padres e hijos debe ser una relación de confianza, no una relación como entre amo y esclavo.

Junto con sus hijos, intente descubrir dónde se encuentra cada uno de ellos, respecto a su nivel de entendimiento. Si los niños han mantenido una autoestima sana, usted puede presentarles unos temas o tareas de distintos niveles de dificultad, y dejar que elijan. Normalmente elegirán por sí mismos un tema que es de acuerdo a su nivel natural.

Algunos niños no son capaces de «sentir» acertadamente lo que entienden y lo que no entienden – por ejemplo porque el sistema escolar los obligó a aparentar que saben muchas cosas que en realidad no saben. En esos casos hay que hacer unas pruebas. No como «exámenes»; pero simplemente observando cómo resuelven diferentes tareas.
Por ejemplo, hágalo leer unos textos cortos, y pídale que le cuente con sus propias palabras lo que leyó. Si no lo puede, o si entiende mal el texto, entonces inténtelo con otro más sencillo. Así se dará cuenta hasta dónde alcanza el entendimiento del niño, respecto al vocabulario y la estructura de las oraciones. (Y a la vez será una oportunidad de explicarle el significado de unas palabras nuevas.)
O dele unas tareas de matemática para resolver. Observe si puede hacerlo rápidamente, o demora mucho. Observe si comete muchos errores o pocos. (¡Pero no lo riña por los errores!) Observe si el niño se siente a gusto o si se estresa, al resolver la tarea. Si demora mucho, se estresa mucho, o comete muchos errores, entonces dele una tarea más fácil; hasta que llegue a un tema que el niño domina. Es desde allí donde debe continuar ahora.

Quizás encontrará que el nivel verdadero de los niños está bastante por debajo de lo que sus libros escolares exigen. ¡Eso es normal! (Lo que no es normal, son las exigencias exageradas de los libros escolares actuales.) Déjelos trabajar de acuerdo a ese nivel, aun si eso significa volver a los libros de años pasados. Sus niños estarán mucho más contentos, menos estresados, y podrán rellenar muchos vacíos que quedaron en sus conocimientos durante los años anteriores.

Pero quizás encontrará también que tiene unos niños superdotados que se aburren con las tareas porque ya lo saben todo. Entonces, permítales trabajar en temas más exigentes, y «adelantar» unos contenidos. En resumen: Permita a cada niño estudiar al nivel que le corresponde, no según su «grado» o su edad, pero según su nivel de entendimiento natural. Así evitará mucha frustración, tanto para usted mismo(a) como para sus hijos.

Los problemas de aprendizaje no merecen castigo.

Desde sus propias experiencias escolares, quizás usted está acostumbrado(a) a que los errores se castigan, el no poder terminar la tarea se castiga, el no entender se castiga. Pero así usted solamente va a desanimar y amedrentar a sus hijos; no va a aumentar su aprendizaje.
Detengámonos unos momentos para recapacitar: Es correcto que la maldad debe llevar a un castigo. Pero las cosas que acabamos de enumerar, ¿son maldades? – No, es normal que esas cosas suceden cuando sobrecargamos al niño. El niño comete errores porque no puede entender todavía la manera correcta de hacerlo. Demora en hacer su tarea porque es difícil, y no puede hacerla más rápido. No entiende, porque las explicaciones eran demasiado complicadas.
Entonces, en todos estos casos somos nosotros como educadores, quienes tenemos que cambiar. Primero pregúntese si el tema o la tarea es adecuado para el nivel de entendimiento del niño. Quizás el tema en sí ya es una sobrecarga; entonces sustitúyalo por otro. O quizás tiene que explicárselo de una manera más entendible.

Intente mantener siempre un tono positivo en su trato con los niños. El aprendizaje funciona mucho mejor cuando se asocia con impresiones y recuerdos agradables.

Limite las horas académicas; aprenda con actividades prácticas.

Para desarrollar su mente de una manera sana, los niños necesitan, entre otras cosas:

  • Movimiento físico.
  • Impresiones sensoriales (cosas para ver, escuchar, tocar, etc.).
  • Oportunidades para ejercer su creatividad.
  • Oportunidades para hacer algo útil con sus manos.
  • Jugar.
  • Suficiente descanso.

Las «clases» académicas satisfacen muy pocas de estas necesidades. Entonces no pensemos que el trabajo con libros y cuadernos sea la única manera de aprender. Al contrario, es un método bastante ineficaz cuando se trata de niños.

En nuestra experiencia con nuestros propios hijos, encontramos que durante los años de primaria, una sola hora académica al día era suficiente. El resto del tiempo se dedicaba a proyectos prácticos, trabajos manuales, colaboración con los quehaceres del hogar, tiempos de jugar y tiempo libre.

Quizás usted no se atreve todavía a implementar un método como el aprendizaje por proyectos, o similar. Pero comience con cosas sencillas. Hoy en día, varios libros escolares contienen de vez en cuando unas sugerencias para un experimento, un trabajito manual, un juego … No pase por alto esas sugerencias. ¡Póngalas en práctica con sus hijos!
Y busque más sugerencias de actividades interesantes con niños:

  • Juegos que hacen razonar,
  • origami,
  • trabajos manuales,
  • experimentos sencillos,
  • técnicas de dibujo y pintura,
  • nuevas recetas de comidas y postres,
  • etc.

Puede encontrar libros con temas como éstos. También puede encontrar muchas ideas en internet. Todas estas actividades son educativas; y satisfacen diversas necesidades de los niños que las clases escolares no pueden cumplir.

No tome exámenes.

Los exámenes son una fuente de miedo y frustración para muchos alumnos. En alumnos inseguros, el aprendizaje de un tema nuevo se frena desde el principio por el miedo de que tendrá que dar un examen sobre eso. Hay maneras más amables de evaluar si un alumno domina un tema.

En primer lugar, deje que el alumno decida el momento cuando está listo para ser evaluado.
Por ejemplo, Carina está practicando la tabla de multiplicación por 6. Cuando termina de practicar, usted la pregunta: «¿Crees que ya la sabes de memoria? ¿O necesitas más tiempo?» Si Carina dice que necesita más tiempo, dejamos que siga practicando el día siguiente. Si dice que ya está lista, entonces hacemos una prueba y le preguntamos las multiplicaciones por 6: primero en orden, después en desorden, después en «inverso» («¿6 por cuánto es 24?»). Si lo sabe bien, todos estamos contentos. Si Carina comete todavía muchos errores, no ha «desaprobado». Simplemente le decimos: «Parece que necesitas practicar un poco más. Hazlo otra vez mañana, y avísame cuando piensas que estás lista.»

Otros aprendizajes se demuestran simplemente al ponerlos en práctica. Por ejemplo, ¿cómo sabemos si Alfredo ha aprendido a preparar arroz con leche? – Sencillo: cuando su arroz con leche sabe bien y lo podemos comer alegremente. No necesitamos tomarle un examen sobre eso.
Lo mismo se puede aplicar a unos aprendizajes más «escolares»: orientarse con un plano de la ciudad; calcular con dinero; contar un cuento; …

Confíe en el poder de la curiosidad natural de los niños.

Para aprender a caminar o a hablar, un niño no necesita ningún profesor y ninguna escuela. De la misma manera natural, los niños pueden también aprender a leer, escribir, calcular, y muchas otras cosas. Un niño sano tiene un gran curiosidad: observa todas las cosas en su alrededor, prueba qué se puede hacer con ellas, y hace muchas preguntas. Eso demuestra que los niños tienen un deseo innato de aprender. ¡No es cierto que los tengamos que obligar a aprender!

En el sistema escolar tenemos el problema de que el currículo nos obliga a tratar los temas que están en el libro, sin importar si eso les interesa a los niños o no. Así, los profesores tienen que suprimir todo el tiempo la curiosidad y el interés de los niños, para obligarlos a prestar atención a otras cosas que no les interesan.
En casa no necesitamos hacer eso. Observe a los niños: ¿Qué temas les interesan? ¿Hacia qué actividades los dirige su curiosidad? Haga de eso los temas de su aprendizaje.
Quizás usted encuentra a uno de sus hijos mirando concentradamente unas hormigas que caminan por la pared. Únase a él en sus observaciones; ¡eso es un proyecto científico! Anímelo a hacer observaciones más exactas: ¿De dónde vienen las hormigas? ¿Adónde van? ¿Cómo encuentran su camino? ¿Dónde tienen su nido? ¿De qué se alimentan? Etc. – Después busquen más informaciones acerca de las hormigas: en internet, en libros … quizás hasta encontrarán un tema sobre hormigas en los libros escolares de los niños. Los niños pueden dibujar y escribir sus observaciones acerca de las hormigas. Usted puede animarlos a ampliar el tema. Por ejemplo, podrían estudiar insectos en general; podrían estudiar el lugar de las hormigas en la cadena alimenticia; etc.

Hágase un(a) aliado(a) de la curiosidad de sus hijos. Verá que pronto ellos se convertirán en los aprendedores más motivados. Y con una buena motivación, ellos seguirán con sus proyectos por su cuenta, sin que usted tenga que vigilarlos todo el tiempo.

Deles opciones para elegir.

No hay ninguna necesidad pedagógica de que todos los niños hagan lo mismo al mismo tiempo, en el mismo lugar. El aprendizaje es mucho más agradable cuando cada niño puede aprender de una manera que le «cae bien». Así podemos ofrecer opciones, por ejemplo, acerca de métodos y materiales: «¿Cómo quieres practicar las tablas de multiplicación? ¿Con las cadenitas, con el ábaco, o solamente en la mente?»
También podemos ofrecer opciones acerca de los contenidos: «¿Sobre qué animal quieres leer?» – «¿Qué tema de historia te gustaría estudiar?»
Y acerca de los modos de presentación de los resultados: «¿Quieres hacer un dibujo sobre esto, o escribir un ensayo, o preparar una presentación en PowerPoint?»

Involucre a los niños en sus quehaceres diarios.

Puede ser difícil educar a los niños, si al mismo tiempo usted tiene un trabajo que hacer, o un negocio que atender. Pero en algunos de estos trabajos, usted puede involucrar a los niños. Por ejemplo, si tiene una tienda, los niños con suficiente edad podrán ayudar a ordenar las mercancías, o a atender a los clientes. Si elabora alimentos, artesanías, o productos similares en casa, los niños podrán aprender algunos pasos sencillos de la producción. ¡Todo eso son experiencias educativas!
A muchos niños les interesa participar en lo que hacen los adultos; o por lo menos mirar, si es un trabajo donde no pueden contribuir directamente. Por supuesto que eso depende de sus circunstancias particulares, hasta dónde puede involucrar a los niños. En un taller de mecánica o de carpintería, por ejemplo, habría que evaluar si un niño podría estar allí sin correr peligro. En algunos trabajos, simplemente no es posible.

Pero en todo caso, los niños pueden participar en los trabajos del hogar como limpieza, cocina, atender a animales domésticos, etc. Usted puede también llevar a los niños cuando va de compras, al banco, al correo, a la biblioteca, o a alguna otra institución; y al mismo tiempo puede explicarles qué lugar es ese y lo que usted va a hacer allí. Esa clase de aprendizaje vivencial es más duradera que aprender los mismos contenidos sólo con libros escolares.


Espero haberle mostrado que el aprendizaje en casa no necesita ser una carga pesada. Al contrario, es una oportunidad de proveer a los niños unas experiencias de aprendizaje que no pueden hacer en la escuela. Y al mismo tiempo, fortalecer los lazos familiares.

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¿Vacaciones por coronavirus? – ¡Aproveche para conocer una alternativa educativa!

¿Es usted padre, madre, o profesor(a)?

¿Se ha preguntado ya de qué tratan las «alternativas educativas» o «pedagogías alternativas», pero hasta ahora no tuvo la oportunidad de experimentarlo por usted mismo(a)?

Ahora que diversos países están decretando la suspensión de las clases escolares por la epidemia del coronavirus, usted puede aprovechar de este tiempo para experimentar con unos métodos distintos a lo acostumbrado. Por ejemplo con el

Curso por internet: Matemática activa

Este curso gratuito contiene pautas pedagógicas acerca de una alternativa educativa, la «Escuela Activa«, respecto al aprendizaje de la matemática. También contiene sugerencias para proyectos prácticos que usted puede llevar a cabo en familia o con un grupo de niños escolares. Así puede matar dos pájaros con un solo tiro: Usted como educador(a) aprende una nueva metodología; y al mismo tiempo tiene unas actividades que ofrecer a los niños mientras que no pueden ir a la escuela.
– Si usted es profesor(a) y no tiene hijos propios en edad escolar, puede visitar a unas familias de sus alumnos y realizar los proyectos con ellos.

Si usted envía reportes escritos acerca de sus proyectos realizados, incluso recibirá una retroalimentación personalizada por parte del instructor.

Nota: Las instrucciones en el curso se dirigen en primer lugar a los educadores, no a los niños. No es un curso de sentar a los niños ante la pantalla para que estén ocupados. Usted aprenderá cómo realizar proyectos prácticos, con material concreto, para facilitar el aprendizaje de los niños. Entonces usted llevará a cabo estos proyectos, junto con los niños. Así involucrará a los niños en unas actividades prácticas y divertidas, las que al mismo tiempo contribuyen al aprendizaje.


Si usted ya hizo las actividades del curso, o si no le interesa la matemática:

Busque en libros o en internet por otras actividades prácticas que pueden gustar a los niños:
Origami;
juegos de estrategia;
trabajos manuales sencillos con papel, cartón, tela, lana, madera, y otros materiales;
experimentos; etc.
Consigan unas semillas y siémbrenlas en su patio o en un macetero, y observen su crecimiento.
Deje que los niños jueguen con juegos de construcción, y otros materiales que incentivan su creatividad.
Deje que construyan su «casita» con sillas, bancas, frazadas, y lo que encuentren en la casa.
Busquen una nueva receta y cocinen juntos.
Permita a los niños realizar sus propias ideas, y déjese inspirar por ellos.
Etc. etc…
Todo eso es mucho más educativo para los niños que el trabajo escolar con libros y cuadernos. Les permite superar desafíos reales en el mundo real; y esta clase de experiencias son mucho más «nutritivas» que las del mundo artificial de los libros escolares.

No hay nada más triste que unos padres que no saben qué hacer con los niños cuando tienen vacaciones. Esta es la mejor oportunidad para fortalecer los lazos familiares. Pasen unas aventuras juntos; los niños se lo agradecerán por toda su vida.

Por favor comparta esta información con otros interesados.

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