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Creatividad (Parte 3): Recuperación de la creatividad

Si usted se da cuenta de que el enemigo le ha robado su creatividad, entonces en primer lugar necesita reconocer que este es un problema espiritual. A medida que usted llega a conocer mejor a Dios y aprecia Su creatividad, podrá también recuperar la creatividad que El le ha dado a usted. Aunque algunas personas por naturaleza tienen más creatividad que otros, cada ser humano tiene algo de creatividad.
Quizás Dios le muestra unas circunstancias específicas del pasado que han causado la pérdida de creatividad (ser ridiculizado o rechazado en la escuela; haber crecido en un hogar con excesivas limitaciones y prohibiciones; etc.) Entonces puede ser necesario traer estos asuntos ante El en oración, para que El pueda sanar y restaurar su personalidad en este aspecto.
En algunos casos (a raíz de tales circunstancias o independientemente de ellas) la creatividad se pierde por una decisión propia, quizás inconsciente, tal como: «Ya no voy a hacer ningún dibujo propio.» – «Ya no voy a intentar nada nuevo.» – «Para estar seguro, haré solamente lo que siempre he hecho.» – «Fulano es mi gran ejemplo; haré las cosas siempre como él las hace.» – «Es más fácil copiar lo que otros han hecho, ¿para qué hacerme el trabajo de crear algo propio?» – Si usted se da cuenta de que ha hecho una decisión parecida en algún momento del pasado, necesita revocar esta decisión y las actitudes causadas por ella. (Reconocer lo erróneo de decisiones anteriores, y revocarlas, es una forma de arrepentimiento.) Con la ayuda de Dios, podrá entonces agradecer a su Creador por la creatividad que El le dio, y empezar a vivir con una actitud diferente.
Si usted se da cuenta de que su creatividad ha sido tergiversada por una vida mental corrompida, necesita entonces «limpiar su mente»: «… derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…» (2 Cor.10:5) – «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…» (Rom.12:2). Es un ejercicio que demanda mucha perseverancia y disciplina, reconocer y rechazar los pensamientos e imaginaciones que son contrarios a la voluntad de Dios, y remplazarlos por pensamientos agradables a Dios. Pero las armas espirituales que Dios nos dio, son suficientes para esto. Cuando se limpian los pensamientos, se limpian también sus expresiones creativas.

Entonces, después de resolver los problemas espirituales de fondo, usted podrá entrenarse nuevamente en la creatividad que Dios le ha dado. Practique una actividad creativa que le agrada (sea dibujo, pintura, tejido o costura, carpintería, otros trabajos manuales, inventar juegos, poesía, teatro, canto, música, o cualquier otra). No se preocupe por si el resultado será de alguna calidad o utilidad. Al inicio se trata simplemente de recobrar la valentía para crear «algo» – cualquier cosa. A medida que usted progresa, ya verá que sus creaciones mejorarán y le podrán servir para algo, por ejemplo para la educación de sus hijos.

Gran parte de la creatividad consiste en atreverse a hacer las cosas de una manera diferente, o a imaginarse que las cosas podrían ser diferentes. Los niños, mientras crecen de manera sana, hacen esto de manera natural. Por ejemplo, un niño normal encontrará cien y tantas maneras diferentes de subir y bajar las gradas. Muchos inventos y descubrimientos se hicieron porque alguien se atrevió a pensar o actuar de una manera diferente de los demás. Por ejemplo, Colón descubrió América porque pensó que se podía llegar a la India no solamente viajando al este, sino también viajando al oeste.
Desafíe su creatividad con tareas como las siguientes:
– Use cada día un camino diferente, o un medio de transporte diferente, para ir de su casa a su trabajo.
– Reordene los muebles en su casa de una manera diferente.
– Dibuje una casa que es diferente de todas las casas que usted alguna vez ha visto. (o un animal diferente, una máquina diferente, un vestido diferente …)
– Mencione el mayor número posible de usos novedosos para un destornillador. (o una correa; una rueda de bicicleta; un diccionario; un zapato; …)
– Describa como sería el mundo si no hubiera gravedad. (o si llovería aceite en vez de agua; o si los humanos estuviéramos diseñados para vivir debajo del agua; o si la luna fuera caliente y el sol frío; – invente otras condiciones «diferentes».)
– Invente una comida nueva con los alimentos que en este momento se encuentran en su cocina.
– Invente algunas nuevas tareas creativas para añadir a esta lista.

Incentivar la creatividad de los niños

Un niño sano que crece en el seno de una familia sana, normalmente muestra señales de creatividad desde una edad temprana. En realidad, no hay mucha necesidad de «incentivar» la creatividad de un niño. Mucho más importantes son los siguientes puntos:

– Proveer un ambiente propicio a la creatividad.
El niño necesita un ambiente donde puede moverse y explorar libremente. Los padres tienen que aclarar donde están los límites de esta libertad; de acuerdo a la edad de los niños. (Por ejemplo, a los niños pequeños no se les puede permitir experimentar libremente en la cocina, por los peligros que existen allí. Pero cuando son más grandes, ya han ayudado con frecuencia a los adultos a cocinar, y saben como usar las herramientas, entonces se les puede dar libertad también en el uso de la cocina.)
Un ambiente propicio a la creatividad contiene una diversidad de materiales y herramientas que los niños pueden usar para trabajos manuales y juegos (de acuerdo a su edad y madurez). Entonces ellos mismos inventarán muchas cosas creativas. Adicionalmente se pueden proveer unos libros con sugerencias para trabajos manuales, juegos, experimentos, etc.
En los niños pequeños, a veces la creatividad no funciona bien si están abrumados con una diversidad demasiado amplia de materiales o sugerencias. En estos casos, es mejor darles solamente dos o tres materiales – por ejemplo periódicos viejos, cinta adhesiva y lana; o plastilina y palitos de fósforo – e incentivarlos que hagan algo con estos materiales. O se les puede dar dos o tres sugerencias de lo que podrían hacer, y que ellos escojan. (Dar una sola sugerencia tampoco es bueno, porque así el niño ya no tiene la oportunidad de reflexionar y decidir.)

– Encauzar la creatividad en una buena dirección.
A veces, la creatividad de un niño se expresa de una manera que no es aceptable. En vez de simplemente prohibirle lo que hace, es mucho mejor ofrecerle una alternativa constructiva. Por ejemplo, a muchos niños pequeños les gusta dibujar en las paredes. (Puede que una hoja de papel no les provee suficiente espacio; o que la posición de pie es más adecuada para su necesidad de moverse.) Entonces, se puede conseguir una pizarra con tizas o plumones y colgarla en la pared a una altura accesible al niño (o simplemente pintar una porción de la pared con pintura de pizarra). Así el niño tiene su «lugar permitido» donde puede dibujar en la pared y puede desarrollar su creatividad, sin causar a sus padres la molestia de tener que limpiar las paredes. Esto es mucho mejor que solo prohibirles que dibujen en la pared. – También, a muchos niños les gusta jugar con barro y formar «tortas» y toda clase de figuras; pero la mamá se horroriza al ver lo sucio que regresan a casa. Para esto también existen varias alternativas: Para modelar figuras, se puede conseguir plastilina o un material parecido. O se puede usar arcilla y conseguir un delantal de plástico fácil de limpiar, entonces el niño tiene que ponerse el delantal cuando quiere jugar con la arcilla. Si se trata de jugar afuera, se puede preparar una caja de arena o ir a un lugar donde hay arena (la playa, o la orilla de un río). (La arena se puede limpiar mucho más fácilmente que el barro.) Y es práctico que el niño tenga un juego de ropas viejas, destinado específicamente para jugar afuera, para que no ensucie su mejor ropa.
Así existen muchas maneras de evitar que la creatividad de los niños cause mayores problemas a la mamá y ama de casa. Con un poco de creatividad (!) de parte de los padres, se pueden encontrar alternativas sin prohibir las actividades creativas de los niños.

– Proteger al niño contra influencias que atentan contra su creatividad.
Hemos visto en la parte anterior algunos «enemigos de la creatividad». Como padres cristianos debemos proveer a nuestros hijos un ambiente donde su creatividad puede desarrollarse de manera sana y de acuerdo a la voluntad de Dios. Por eso debemos protegerlos contra las influencias que atentan contra la creatividad, de parte del sistema escolar, de la televisión y de los videojuegos, de las obras de arte inmorales y blasfemos, etc. En su lugar debemos animarlos a usar su propia creatividad, y proveerles ejemplos de obras creativas que verdaderamente honran a Dios.

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Creatividad (Parte 2): Enemigos actuales de la creatividad

En la vida de muchas personas, su creatividad fue destruída al asistir a la escuela. El sistema escolar actual simplemente no permite que un alumno haga las cosas de una manera original, innovadora o poco convencional. Un alumno de este sistema tiene que seguir los procedimientos prescritos y llegar a las respuestas preestablecidas por el profesor. Si no lo hace, recibe malas notas, es ridiculizado y hasta castigado. Este sistema premia a los que copian las cosas «como en el libro», y castiga a los que tienen ideas originales. Por eso, particularmente las personas que más tarde fueron reconocidos como genios, por lo general tenían problemas con la escuela, o tuvieron el privilegio de ser educados afuera de las escuelas. (Vea las biografías cortas en «Genios famosos que no fueron a la escuela, o que tenían problemas con ella».)

Algunos niños experimentan este mismo problema en sus familias, si sus padres tienen poca imaginación y poca comprensión por los niños. Si un niño crece solo con limitaciones, deberes y críticas, y no se le permiten espacios libres para experimentar y crear, su creatividad se trunca de la misma manera como en el sistema escolar.

La televisión, los videojuegos, etc, son también asesinos de la creatividad. Las imágenes virtuales presentan al niño una completa «realidad artificial» donde ya no hay lugar para usar la imaginación. Al leer un libro o escuchar una historia, el niño se imagina los personajes, su entorno y sus acciones a su manera. De cierta manera, el niño tiene que «re-crear» la escena entera en su mente. Pero al mirar televisión, no hay incentivo ni necesidad para imaginarse algo; todo ya está «dado»: las imágenes, las acciones, las voces… – Además, la televisión causa pasividad. El niño es inundado con tantas impresiones, en una sucesión tan rápida, que solamente puede recibirlas pasivamente sin reaccionar a ellas; ni siquiera puede procesarlas adecuadamente. La televisión no deja tiempo al niño para razonar acerca de lo que ve y oye, ni lo deja descansar de este diluvio de impresiones. Apenas termina una secuencia o un programa, empieza el siguiente; y en la mente del niño se mezcla el dibujo animado con los comerciales y con las noticias, de tal manera que ya no sabe distinguir entre realidad y ficción. Esto es todo lo contrario de la creatividad: En el proceso creativo, es el mismo niño quien es activo, se expresa hacia afuera, imagina y produce. Al mirar televisión, el niño se deja impresionar pasivamente, es influenciado por las imaginaciones y producciones de otras personas, y pierde la capacidad de crear imaginaciones propias. Los videojuegos no son mucho mejor en este respecto: aunque crean la ilusion de que el niño tiene que «hacer» algo, solo requieren reacciones pasivas a una realidad virtual que ya está dada, según patrones preestablecidos por los diseñadores. Los videojuegos obligan al niño a obedecer ciegamente a la trama prescrita por los autores, y no le permiten crear su propia versión de la historia. En este aspecto, son relacionados con el «acondicionamiento operante» de la psicología y pedagogía conductista.
Con esto todavía no hemos dicho nada acerca del contenido de los programas televisivos o de los juegos. La gran mayoría de estos programas presentan malos ejemplos y enseñan conceptos de mentira, inmoralidad, ocultismo, paganismo, etc. Aunque esta «enseñanza» no es explícita, es aun más eficaz porque la televisión impide que el niño razone acerca de lo que ve y oye; entonces asimila todo sin ninguna evaluación crítica. – Aun si fuera posible proveer al niño unos programas de televisión y videojuegos completamente «limpios» desde una perspectiva bíblica, siguen vigentes los otros problemas mencionados. Por eso, es preferible que los niños pequeños no estén expuestos a la televisión ni a juegos de computadora, y los niños mayores solamente por tiempos bien limitados y controlados por los padres.

Otro enemigo de la creatividad es su comercialización. Empresas emplean a personas creativas solamente para fines de lucro, y organizaciones políticas para ganar influencia y poder: Diseñadores gráficos para crear propaganda comercial o dibujos animados que generarían ingresos millonarios; ingenieros para crear innovaciones que provean a su empresa una ventaja ante la competencia; escritores para escribir los discursos de los políticos. De esta manera, la creatividad se limita a lo que es aceptado por el empleador. Muchos pensamientos importantes, pero fuera de lo común, nunca recibieron publicidad, simplemente porque los medios de comunicación y los editoriales de libros decidieron que esto «no se vendería bien». El diseñador, ingeniero o escritor ya no crea obras simplemente por crear, ni porque fueran buenas o útiles, ni mucho menos para honrar a Dios. Las crea solamente para agradar a su empleador y ser pagado por él.

Estas son algunas formas como el enemigo intenta robar la creatividad aun al pueblo de Dios. Para hacer una obra eficaz para Dios, ¡es importante recobrar la creatividad! De esto hablaremos en la continuación.

(Continuará)

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Creatividad – el ingrediente perdido de la educación (Parte 1)

En toda obra con niños, la creatividad es un asunto clave. Una buena educación, sea en lo moral, en lo espiritual o en lo intelectual, requiere muchas ideas creativas. Los mejores educadores generalmente son a la vez personas muy creativas. Explicar algo de la manera que un niño lo entienda, requiere a menudo ejemplos, gráficos o materiales concretos novedosos, que deben inventarse para este propósito. Puesto que los niños son tan diferentes unos de los otros, diferentes niños van a necesitar diferentes formas de explicar. – Para corregir a un niño que actúa mal, a menudo una acción (o consecuencia) creativa es más eficaz que una mera amonestación con palabras. – Especialmente los asuntos espirituales, invisibles de Dios, son difíciles de explicar. Por eso, el Señor Jesús usó a menudo ejemplos creativos tomados de la vida diaria de sus oyentes: Explicó la provisión de Dios con el ejemplo de las aves y las flores que la gente podía ver alrededor de ellos. Explicó muchas cosas por medio de parábolas y comparaciones ingeniosas. Aun Sus milagros eran actos creativos para hacer visible la gloria de Dios.

Dios creó al hombre «a su imagen» (Génesis 1:27). La primera característica de Dios que se nos presenta en la Biblia, es precisamente Su creatividad: El creó el cielo y la tierra, la inmensa diversidad de animales y plantas, los paisajes variados que admiramos, las inimaginables extensiones del espacio con sus cuerpos celestiales todavía muy poco investigados… Si el hombre es imagen de Dios Creador, es de esperar que el hombre refleje también esta creatividad. Efectivamente, leemos que Adán puso nombres a todo género de animales existentes en la tierra (Génesis 2:19-20). Inventar tantos miles de nombres, ¡requiere bastante creatividad!

¿Qué es creatividad?

En breve, podemos decir que creatividad es la capacidad de pensar y «crear» cosas nuevas, cosas que no existían antes. Esto implica poder ver más allá de «lo que es», para imaginarse algo que todavía no existe.
Ahora, el hombre no puede realmente «crear» cosas de la misma manera como Dios: No podemos crear «algo» de la nada. Pero podemos usar las cosas que Dios ya ha creado, y combinarlas o transformarlas de una manera novedosa. Así los hombres descubrieron ya en las primeras generaciones cómo labrar la tierra, cómo criar animales, cómo fundir y trabajar metales, y cómo construir instrumentos musicales y hacer música. (Vea Génesis cap.4)

Cómo la caída afectó la creatividad

Cuando el hombre cayó en pecado, la «imagen de Dios» en él fue gravemente dañada. Es claro que esto afectó también la creatividad. Podemos ver dos aspectos importantes como la creatividad humana sufrió a causa del pecado:

– La creatividad inhibida.

Muchas personas se estancaron en su creatividad: En vez de pensar e inventar cosas nuevas, se contentaron con seguir las tradiciones de la gente alrededor de ellos. Puede haber muchas razones por qué alguien puede decidir hacer las cosas «como siempre lo hemos hecho», o «como todo el mundo lo hace», en vez de hacer algo nuevo:
– El temor a ser ridiculizado. En un mundo sujeto al pecado, hay que ser valiente para ser creativo y hacer cosas nuevas. Esto ya empieza en la temprana niñez: Un niño hace su primer dibujo. Su hermano mayor dice: «Está feo, yo puedo hacerlo mucho mejor.» El niño se siente avergonzado. Si esto sucede muchas veces, el niño se desanimará y ya no querrá dibujar. – Aun peor es si el niño va al jardín de niños o a la escuela: Allí son mucho más niños que lo critican y se burlan de él. Además, el profesor le pone una mala nota si el niño pinta el pasto de rojo en vez de pintarlo de verde. Así el niño ya no se atreverá a inventar pasto de otro color, ni a hacer alguna otra cosa novedosa.
En el mundo de los adultos no es muy diferente. La mayoría de los grandes inventos y descubrimientos fueron ridiculizados al inicio. Imagínese una sociedad donde todo el mundo está acostumbrado a caminar por la lluvia sin protección alguna. Aunque les molesta mojarse, nunca piensan en hacer algo al respecto. Algún día, alguien inventa el paraguas y camina en la calle con su paraguas. Esto les parece una vista muy ridícula a la gente, y se ríen de él. El inventor del paraguas tendrá que ser muy valiente, y tendrá que pasar mucho tiempo, hasta que la sociedad reconozca los beneficios de su invento. Y otras personas se desanimarán de inventar algo, al ver como la sociedad trata al inventor del paraguas.
El químico Edwin E.Slosson escribió:

«… Los caricaturistas ridiculizaron a Franklin por sus experimentos eléctricos, a Rumford por querer mejorar las chimeneas, a Parmentier por pensar que las papas se podían comer, y a Jefferson por creer que las tierras al oeste del Mississippi eran útiles. Si quieres saber adonde va el progreso futuro, mira contra qué están luchando los diarios cómicos. Siempre son ridiculizados los que intentan hacer que el mundo sea mejor o más sabio, los maestros y los predicadores, los científicos y los reformadores.»

– La pereza. Pensar y crear cosas nuevas, es trabajo. Muchas personas no lo hacen, simplemente porque es más cómodo seguir haciendo las mismas cosas como siempre.
– El orgullo. Algunas personas creen que ya saben todo acerca de su especialidad, y por tanto creen que no tienen necesidad de innovaciones. Una innovación es normalmente algo que todavía no es reconocido por la mayoría; entonces la persona orgullosa teme perder su prestigio si se aventura a hacer alguna innovación.

– La creatividad tergiversada.

Dios nos dio creatividad para honrarle a El; para reflejar Su imagen al ser creativos nosotros mismos. Pero bajo la influencia del pecado, ha surgido mucha creatividad que sirve a propósitos contrarios a la voluntad de Dios. Por ejemplo:
– Obras de arte, pinturas, esculturas, canciones, novelas y películas inmorales y obscenos.
– Novelas y películas de horror, del ocultismo, etc.
– La propaganda comercial que es muy creativa, pero que presenta una imagen distorsionada de la realidad, para manipular a los potenciales consumidores y para crear «necesidades» artificiales.
– Los inventos para fines de guerra y de destrucción masiva, o para la vigilancia y el control dictatorial de naciones enteras.
Etc.
En estos ejemplos, la creatividad está todavía presente, pero está siendo usada para promover el pecado, en vez de honrar a Dios.

(Continuará)

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