Educación cristiana alternativa

Just another Homeschool Perú site

Pediatras y psiquiatras alemanes advierten: Las casas-cunas causan enfermedades psíquicas

Hace poco, unos expertos alemanes en pediatría y psiquiatría, dirigieron un llamado serio al gobierno de su nación, advirtiendo acerca de los efectos dañinos que tiene el cuidado de niños pequeños afuera de su casa, en las guarderías infantiles, casas-cunas, o «wawa-wasis», como se llaman aquí en el Perú. Me parece apropiado publicar este documento aquí, puesto que los países latinoamericanos están haciendo experimentos similares, sin tomar en cuenta el bienestar de los niños ni las investigaciones al respecto.
Algunos detalles que son de interés solamente para la situación específica de Alemania, fueron omitidos en esta versión.


Los expertos advierten: El estado premia el abandono de niños. Las subvenciones a las casas-cunas son premios por privar a los niños del amor paternal.

«Se ha comprobado que los niños menores de tres años que se encuentran en casas-cunas, están expuestos a un estrés crónico. Este estrés trastorna el desarrollo del cerebro. En consecuencia, se socavan las capacidades de ser amables, de relajarse, de ser amigables, saludables y equilibrados.» Según el Dr. Dawirs del Instituto para Ciencias Relacionales.

Según numerosos expertos, la «estimulación temprana en centros de cuidado diurno» es pura imaginación y ha sido completamente refutada. Sin embargo, este sinsentido sigue siendo utilizado para justificar el «maltrato colectivo de niños», dejándolos diariamente en abandono emocional en las casas-cunas.

Un número creciente de expertos ya no soporta esta situación, donde se desperdician billones para dañar a los niños, en vez de reforzar las competencias educativas de los padres.

A partir de 2013, los padres que abandonan a sus hijos dejándolos en casas-cunas, serán ahora (en Alemania) premiados con una subvención. El estado gasta su dinero para financiar el cuidado de niños pequeños afuera de sus casas, en vez de apoyar con este dinero a los padres (que educan a sus hijos ellos mismos).

Los políticos que apoyan este aumento de las casas-cunas, declaran así públicamente que están de acuerdo con hacer daño a los niños, y que las vidas de los niños no les importan. El estado premia a los padres por negar a sus hijos el amor paternal.

El Dr. Maaz del Instituto de Chorin confirma: «Durante los primeros tres años de la vida se decide cuán segura o insegura de sí misma será una persona más adelante, cuan comprensiva y solidaria, o cuan llena de odio y violenta, cuan sana emocionalmente o cuan trastornada.»

Aquellos políticos que exigen el cuidado de niños menores de tres años por personas ajenas a la familia, no nos rinden cuentas de sus razones por desear un derecho a maltratar profundamente a 750’000 niños pequeños. Una forma de cuidar a niños pequeños que sistemáticamente los enferma psíquicamente, no debe subvencionarse.

FIRMAN:
Dipl.-med. Bettina Seiser, Bad Blankenburg
Dr. med. Raphaela Haberkorn, Bergen (Rügen)
Dipl.-Psych. Constanze Pflüger-Sarlan, Berlin
Dr. Sabine Stiehler, Dresden
Dipl.-Psych. Iris Graurock, Dresden
Dr. med. Friederike Beier, Dresden
Psicotherapeuta de niños y jóvenes Sabine Lück, Wendeburg
Dipl.-Psych. Christina Weidelt, Halle
Dipl.-Psych. Ute Schulz, Halle
Dr. med. Ulrike Gedeon-Maaz, Halle
Dr. med. Hans-Joachim Maaz, Halle
Dr. med. Uta Wiegeleben, Halle
Prof. Dr. rer. nat. Ralph R. Dawirs, Erlangen
Dipl.-Psych. Elke Stechbarth, Hildburghausen
Dipl.-Psych. Ilka Bläß, Leipzig
Dipl.-Psych. Susanne Leistner, Leipzig
Dr. med. Stephanie Kant, Magdeburg
Dr. med. Ines Buchholtz, Magdeburg
Dipl.-Psych. Ekbert Kreztschmar, Naumburg
Dipl.-Psych. Yvonne Pickenhain, Naumburg
Dipl.-Psych. Frank Stechbarth, Suhl
Dr. med. Anneliese Merker, Weimar
Dipl.-Psych. Anke Borchardt, Leipzig
Dipl.-Psych. Jörg Klemm, Jena


Temas relacionados:
El primer experimento en estimulación temprana
Como los centros de cuidado diurno pueden destruir una nación

No Comments »

El primer experimento en estimulación temprana; o: Como se provoca un «burnout» a una edad temprana.

Por el Dr. Raymond Moore

Al inicio del siglo XX, el docente de psicología de la universidad de Harvard, Boris Sidis, se obsesionó con la idea de producir «súper-bebés». El iba a hacerse famoso con el experimento, y su primera «muestra de exposición» iba a ser su propio hijo, el recién nacido William. Diariamente, él colgó letras y números sobre la cuna del bebé, y dijo sus nombres en voz alta. Efectivamente, a los seis a ocho meses, el pequeño niñito pudo reconocer algunos de ellos. A la edad de dos años sabía leer libros escolares. A los cuatro años escribió artículos en inglés y francés; y a los cinco años escribió sobre anatomía.
Pero cuando tenía ocho años, William empezó a desarrollar una risa histérica cuando se sentía estresado. Con esto dio más la impresión de un demente que de un genio. A la edad de catorce años, su padre insistió en que él diera su primera conferencia en la universidad de Harvard. Allí, el muchacho recibió un aplauso resonante – solamente para bajar del podio con una risa histérica e incontrolable. Su padre avergonzado lo despachó rápidamente a un sanatorio. Allí lo buscaron los periodistas; y William les dijo que su único deseo era poder vivir como una persona normal. Hizo un llamado a su padre a que terminase este experimento.
Pero cuando se había graduado en la universidad de Harvard y comenzó a trabajar en el instituto Rice en Texas, un instituto de la élite, él descubrió que no podía llevarse bien con otras personas.

Mientras él intentaba establecerse con sus colegas y sus estudiantes en este instituto, él fue convicto de haber incitado un disturbio, y fue suspendido como docente. William desapareció; y más tarde fue visto como trabajaba atendiendo en una tienda común. Una vez, por la insistencia de un amigo, aceptó una invitación a exponer sobre la probabilidad de la existencia de vida en Marte. Pero su mente sin juicio lo llevó, en lugar de esto, a hablar durante una hora sobre transferencias de carros.
América era demasiado ocupada con la guerra en el año 1944, para tomar nota de la muerte de William Sidis. El murió a la edad de 46 años en un hostal en Brookline, Massachusetts. Hasta su muerte se había negado a tener algún contacto con su padre, e incluso había rechazado su sustancial herencia.

Alrededor de 1960 se inició un programa notable en la ciudad afluente de Grosse Point, Michigan, una ciudad conocida por su alto porcentaje de ejecutivos brillantes. (…) El director de las escuelas estatales, Paul Mawhinney, empezó a experimentar con la escolarización temprana de los niños, admitiéndolos a la escuela a partir de los cuatro años de edad. El, y otros psicólogos, esperaban que se producirían jóvenes bien adaptados y que aprenderían más y mejor.
El proyecto debía durar catorce años. Pero después de tan solamente cuatro o cinco años, el Dr.Mawhinney y sus psicólogos se quedaron decepcionados. De los niños que habían comenzado la escuela a los cuatro años, resultó que un tercio de ellos tenian problemas con la adaptación social. Tres cuartas partes de ellos estaban deficientes en cuanto a las cualidades de liderazgo. Y solamente uno de cada veinte calificaba como un líder destacado – un porcentaje muy por debajo del promedio. Y se disparó el número de los fracasos escolares.
El comité declaró que el programa había sido un fracaso. Y no solamente esto: Fue un fracaso personal para la mayoría de los niños que participaban, porque destruyó su autoestima. Ellos concluyeron que si se hubiera permitido a los niños desarrollarse normalmente, muy probablemente hubieran destacado en todas las áreas. Sin embargo, los padres estaban tan obsesionados con la idea del «súper-bebé», que obligaron a los directores escolares a continuar con este experimento, ya fracasado, durante nueve años más.

(Raymond y Dorothy Moore, «The Successful Homeschool Family Handbook», 1994)

Mi comentario:

Estos experimentos (y varios otros parecidos) se hicieron hace mucho tiempo, y sus resultados negativos son conocidos. ¿Por qué entonces tantos países, tantos gobiernos y tantos padres de familia insisten en repetir estos mismos experimentos fracasados con sus propios hijos?

– Artículo relacionado: «Como las casas-cuna pueden destruir una nación»

No Comments »