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Creatividad (Parte 3): Recuperación de la creatividad

Si usted se da cuenta de que el enemigo le ha robado su creatividad, entonces en primer lugar necesita reconocer que este es un problema espiritual. A medida que usted llega a conocer mejor a Dios y aprecia Su creatividad, podrá también recuperar la creatividad que El le ha dado a usted. Aunque algunas personas por naturaleza tienen más creatividad que otros, cada ser humano tiene algo de creatividad.
Quizás Dios le muestra unas circunstancias específicas del pasado que han causado la pérdida de creatividad (ser ridiculizado o rechazado en la escuela; haber crecido en un hogar con excesivas limitaciones y prohibiciones; etc.) Entonces puede ser necesario traer estos asuntos ante El en oración, para que El pueda sanar y restaurar su personalidad en este aspecto.
En algunos casos (a raíz de tales circunstancias o independientemente de ellas) la creatividad se pierde por una decisión propia, quizás inconsciente, tal como: «Ya no voy a hacer ningún dibujo propio.» – «Ya no voy a intentar nada nuevo.» – «Para estar seguro, haré solamente lo que siempre he hecho.» – «Fulano es mi gran ejemplo; haré las cosas siempre como él las hace.» – «Es más fácil copiar lo que otros han hecho, ¿para qué hacerme el trabajo de crear algo propio?» – Si usted se da cuenta de que ha hecho una decisión parecida en algún momento del pasado, necesita revocar esta decisión y las actitudes causadas por ella. (Reconocer lo erróneo de decisiones anteriores, y revocarlas, es una forma de arrepentimiento.) Con la ayuda de Dios, podrá entonces agradecer a su Creador por la creatividad que El le dio, y empezar a vivir con una actitud diferente.
Si usted se da cuenta de que su creatividad ha sido tergiversada por una vida mental corrompida, necesita entonces «limpiar su mente»: «… derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…» (2 Cor.10:5) – «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…» (Rom.12:2). Es un ejercicio que demanda mucha perseverancia y disciplina, reconocer y rechazar los pensamientos e imaginaciones que son contrarios a la voluntad de Dios, y remplazarlos por pensamientos agradables a Dios. Pero las armas espirituales que Dios nos dio, son suficientes para esto. Cuando se limpian los pensamientos, se limpian también sus expresiones creativas.

Entonces, después de resolver los problemas espirituales de fondo, usted podrá entrenarse nuevamente en la creatividad que Dios le ha dado. Practique una actividad creativa que le agrada (sea dibujo, pintura, tejido o costura, carpintería, otros trabajos manuales, inventar juegos, poesía, teatro, canto, música, o cualquier otra). No se preocupe por si el resultado será de alguna calidad o utilidad. Al inicio se trata simplemente de recobrar la valentía para crear «algo» – cualquier cosa. A medida que usted progresa, ya verá que sus creaciones mejorarán y le podrán servir para algo, por ejemplo para la educación de sus hijos.

Gran parte de la creatividad consiste en atreverse a hacer las cosas de una manera diferente, o a imaginarse que las cosas podrían ser diferentes. Los niños, mientras crecen de manera sana, hacen esto de manera natural. Por ejemplo, un niño normal encontrará cien y tantas maneras diferentes de subir y bajar las gradas. Muchos inventos y descubrimientos se hicieron porque alguien se atrevió a pensar o actuar de una manera diferente de los demás. Por ejemplo, Colón descubrió América porque pensó que se podía llegar a la India no solamente viajando al este, sino también viajando al oeste.
Desafíe su creatividad con tareas como las siguientes:
– Use cada día un camino diferente, o un medio de transporte diferente, para ir de su casa a su trabajo.
– Reordene los muebles en su casa de una manera diferente.
– Dibuje una casa que es diferente de todas las casas que usted alguna vez ha visto. (o un animal diferente, una máquina diferente, un vestido diferente …)
– Mencione el mayor número posible de usos novedosos para un destornillador. (o una correa; una rueda de bicicleta; un diccionario; un zapato; …)
– Describa como sería el mundo si no hubiera gravedad. (o si llovería aceite en vez de agua; o si los humanos estuviéramos diseñados para vivir debajo del agua; o si la luna fuera caliente y el sol frío; – invente otras condiciones «diferentes».)
– Invente una comida nueva con los alimentos que en este momento se encuentran en su cocina.
– Invente algunas nuevas tareas creativas para añadir a esta lista.

Incentivar la creatividad de los niños

Un niño sano que crece en el seno de una familia sana, normalmente muestra señales de creatividad desde una edad temprana. En realidad, no hay mucha necesidad de «incentivar» la creatividad de un niño. Mucho más importantes son los siguientes puntos:

– Proveer un ambiente propicio a la creatividad.
El niño necesita un ambiente donde puede moverse y explorar libremente. Los padres tienen que aclarar donde están los límites de esta libertad; de acuerdo a la edad de los niños. (Por ejemplo, a los niños pequeños no se les puede permitir experimentar libremente en la cocina, por los peligros que existen allí. Pero cuando son más grandes, ya han ayudado con frecuencia a los adultos a cocinar, y saben como usar las herramientas, entonces se les puede dar libertad también en el uso de la cocina.)
Un ambiente propicio a la creatividad contiene una diversidad de materiales y herramientas que los niños pueden usar para trabajos manuales y juegos (de acuerdo a su edad y madurez). Entonces ellos mismos inventarán muchas cosas creativas. Adicionalmente se pueden proveer unos libros con sugerencias para trabajos manuales, juegos, experimentos, etc.
En los niños pequeños, a veces la creatividad no funciona bien si están abrumados con una diversidad demasiado amplia de materiales o sugerencias. En estos casos, es mejor darles solamente dos o tres materiales – por ejemplo periódicos viejos, cinta adhesiva y lana; o plastilina y palitos de fósforo – e incentivarlos que hagan algo con estos materiales. O se les puede dar dos o tres sugerencias de lo que podrían hacer, y que ellos escojan. (Dar una sola sugerencia tampoco es bueno, porque así el niño ya no tiene la oportunidad de reflexionar y decidir.)

– Encauzar la creatividad en una buena dirección.
A veces, la creatividad de un niño se expresa de una manera que no es aceptable. En vez de simplemente prohibirle lo que hace, es mucho mejor ofrecerle una alternativa constructiva. Por ejemplo, a muchos niños pequeños les gusta dibujar en las paredes. (Puede que una hoja de papel no les provee suficiente espacio; o que la posición de pie es más adecuada para su necesidad de moverse.) Entonces, se puede conseguir una pizarra con tizas o plumones y colgarla en la pared a una altura accesible al niño (o simplemente pintar una porción de la pared con pintura de pizarra). Así el niño tiene su «lugar permitido» donde puede dibujar en la pared y puede desarrollar su creatividad, sin causar a sus padres la molestia de tener que limpiar las paredes. Esto es mucho mejor que solo prohibirles que dibujen en la pared. – También, a muchos niños les gusta jugar con barro y formar «tortas» y toda clase de figuras; pero la mamá se horroriza al ver lo sucio que regresan a casa. Para esto también existen varias alternativas: Para modelar figuras, se puede conseguir plastilina o un material parecido. O se puede usar arcilla y conseguir un delantal de plástico fácil de limpiar, entonces el niño tiene que ponerse el delantal cuando quiere jugar con la arcilla. Si se trata de jugar afuera, se puede preparar una caja de arena o ir a un lugar donde hay arena (la playa, o la orilla de un río). (La arena se puede limpiar mucho más fácilmente que el barro.) Y es práctico que el niño tenga un juego de ropas viejas, destinado específicamente para jugar afuera, para que no ensucie su mejor ropa.
Así existen muchas maneras de evitar que la creatividad de los niños cause mayores problemas a la mamá y ama de casa. Con un poco de creatividad (!) de parte de los padres, se pueden encontrar alternativas sin prohibir las actividades creativas de los niños.

– Proteger al niño contra influencias que atentan contra su creatividad.
Hemos visto en la parte anterior algunos «enemigos de la creatividad». Como padres cristianos debemos proveer a nuestros hijos un ambiente donde su creatividad puede desarrollarse de manera sana y de acuerdo a la voluntad de Dios. Por eso debemos protegerlos contra las influencias que atentan contra la creatividad, de parte del sistema escolar, de la televisión y de los videojuegos, de las obras de arte inmorales y blasfemos, etc. En su lugar debemos animarlos a usar su propia creatividad, y proveerles ejemplos de obras creativas que verdaderamente honran a Dios.

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De la importancia de tener hermanos mayores y menores

La familia es uno de los inventos más sabios de Dios. En el mismo momento de crear al hombre, Dios ya definió la familia como el lugar donde los futuros seres humanos debían nacer y crecer. (Vea Génesis 1:27-28, Efesios 5:31-6:4.) En un artículo anterior hemos visto lo que sucede cuando una sociedad intenta remplazar la familia por otras instituciones, tales como el estado o la escuela: La sociedad entera se quebranta dentro de pocas generaciones. («Las lecciones sabias de la historia para educadores».) Debemos asumir, por tanto, que cada aspecto de la familia tiene un propósito bien diseñado por Dios.

Deseo en este artículo examinar un aspecto particular: En una familia existen normalmente hermanos mayores y hermanos menores. ¿Por qué decidió Dios hacerlo de esta manera? El podría habernos diseñado de tal manera que llegamos a este mundo como personas adultas, sin tener que pasar por las distintas etapas de la infancia. O podría haber creado la familia de tal manera que crezca un solo hijo a la vez, y cada hijo siguiente nacería solamente cuando los anteriores ya serían adultos. O podría habernos creado como los peces, las mariposas, y muchos otros animales, cuyas crías nacen juntas y crecen juntas, teniendo todas la misma edad. (Un planificador moderno de «educación» probablemente lo hubiera hecho así.) Pero no, Dios creó familias humanas con hijos de distintas edades. ¿Cuál será la sabiduría escondida detrás de este hecho?

Creo que podemos encontrar una respuesta, si hacemos la pregunta: ¿Cómo se benefician mutuamente hermanos mayores y hermanos menores? – Estoy hablando aquí de familias que funcionan según el diseño de Dios; no de las familias disfuncionales y desfiguradas por el pecado, de las que hay muchas (desafortunadamente).

En una familia sana, los hijos menores aprenden muchas cosas de sus hermanos mayores: desde habilidades cotidianas como amarrarse los zapatos, hasta conocimientos avanzados. (Por ejemplo, mi hijo menor hasta la edad de aproximadamente once años aprendió casi todos sus conocimientos matemáticos de su hermano mayor.) El ejemplo y la enseñanza de un hermano mayor puede ser más eficaz que el ejemplo y la enseñanza de un adulto. Es que el hermano mayor está más «cerca» del hermano menor (en su edad y en su manera de pensar). Por eso puede haber más comprensión entre ellos, que entre el niño menor y un adulto.

Al mismo tiempo, el hermano mayor también se beneficia de esta relación, porque aprende a ser responsable y considerado, a tener paciencia y misericordia con los más débiles, a compartir sus conocimientos y habilidades con los que saben menos, y a dar un buen ejemplo.

Esta forma de «enseñanza por hermanos mayores» produce aun mejores resultados que la enseñanza escolar por profesores profesionales, como demostró un experimento en escuelas de los Estados Unidos:

«Hace años, unas escuelas en zonas pobres hicieron el experimento de que los alumnos de quinto grado enseñaron a los alumnos de primer grado a leer. Los resultados fueron los siguientes:
Primero, que los alumnos de primer grado aprendieron más rápidamente que otros alumnos de primer grado que fueron enseñados por profesores profesionales.
Segundo, que los alumnos de quinto grado que enseñaron, mejoraron ellos mismos mucho en su lectura. (Muchos de ellos no habían sido buenos lectores.)»
(John Holt, «Teach Your Own»)

¿Por qué entonces no se aplica este sistema en más lugares, si es tan eficaz? – Simplemente porque muchos profesores perderían su trabajo. Para mantener a los profesores ocupados, se sigue manteniendo el actual sistema escolar ineficaz.

Otra ventaja de la familia es la siguiente: Con niños de diferentes edades, es natural que ninguno es igual que el otro. Los niños aprenden a valorar a cada uno en su individualidad. Aprenden en su vivencia que es normal que unos niños ya saben leer y otros todavía no; que unos son buenos en manualidades y otros son buenos en matemática o en ciencias; que cada niño tiene intereses diferentes, y que interesarse por la música no es «mejor» ni «peor» que interesarse por los dinosaurios.

Es cierto que entre hermanos existen también los problemas. (Pero veremos en la continuación que en grupos de niños de la misma edad, los problemas son aun mayores). Una tentación particular para el hermano mayor son los celos contra los hermanos menores. A menudo el hermano mayor siente que él está llevando más carga y tiene mayores responsabilidades, mientras los padres protegen más a los menores y son más complacientes hacia ellos. (Los padres pueden contrarrestar esto, dando a los hijos mayores no solamente responsabilidades, pero también privilegios correspondientes.) – El hermano menor, en cambio, puede resentirse porque es el más débil y no puede defenderse bien contra sus hermanos mayores.
La Biblia nos muestra diversos ejemplos de estas tensiones entre hermanos, como por ejemplo en la historia de José y sus hermanos, o en la relación entre David y sus hermanos mayores. Pero vemos en estas historias, que Dios usó estas tensiones para moldear el carácter de todos los hermanos, tanto de los mayores como de los menores. Aun estas dificultades, que son naturales cuando niños y jóvenes de diversas edades viven juntos, son diseñadas por Dios para un propósito bueno; para que podamos decir al final con José:
«Ustedes pensaron mal contra mí, pero Dios lo encaminó para bien …» (Génesis 50:20)

(Continuará…)

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Los genios no surgen de la escuela – Parte 3

Genios famosos que no fueron a la escuela, o tenían problemas con ella – Parte 3

Esta es la última parte de una colección de datos biográficos acerca de unas personas mundialmente famosos, quienes desarrollaron su genialidad de manera independiente de la escuela. Sea porque no asistieron a la escuela en absoluto; o sea porque tenían problemas con la escuela y por tanto adquirieron sus conocimientos y habilidades más importantes de manera independiente.

La lista no es de ninguna manera completa; se podrían añadirle todavía muchos otros nombres.


Juan Wesley, Predicador de avivamiento

Susana, la madre de Juan, educó a todos sus diecinueve (!) hijos en casa. Lo hizo – a diferencia de varias otras familias presentadas aquí – en el estilo de una escuela muy disciplinada. Ella exigía mucho de sus hijos, en cuanto a la obediencia y en cuanto a su rendimiento académico. Y como parece, sus hijos eran capaces de cumplir las expectativas de ella. Por ejemplo, todos aprendieron a leer dentro de pocos días, a la edad de cinco años. – La enseñanza entera se basaba en principios cristianos; su libro de lectura era la Biblia.
Obviamente, Juan Wesley tenía en alta estima a su madre y sus métodos de educación. Cuando ya era adulto, una vez la pidió que formule por escrito sus principios y métodos educativos. El mismo Juan Wesley también era conocido por llevar una vida sumamente disciplinada hasta una edad muy avanzada.
En una prédica posterior («Acerca de la religión en familia»), Wesley habla extensamente sobre el deber de los padres de educar y enseñar a sus hijos; y los advierte que no enviasen a sus hijos a una escuela pública:
«¿Para qué fin envías a tus hijos a la escuela? – «Qué, para que sean preparados para vivir en el mundo.» – ¿De qué mundo hablas, de éste o del por venir? Quizás pensaste solo en este mundo, y te olvidaste de que hay un mundo de por venir; sí, ¡y uno que durará eternamente! Por favor considera mucho esto, y envía a tus hijos a tales maestros que mantengan este mundo venidero siempre delante de sus ojos. De otra manera, enviarlos a la escuela (permítanme hablar claramente) es poco mejor que enviarlos al diablo. De toda manera, entonces, envía a tus hijos, si tienes alguna consideración por sus almas, no a una de estas grandes escuelas públicas, (porque estas son cunas de toda clase de maldad), sino a una escuela privada, donde enseñe un hombre piadoso, quien se esfuerce a instruir a un número pequeño de niños en la religión y la enseñanza juntos.»
La actividad de Wesley inició un avivamiento que iba a impactar a toda Inglaterra profundamente y durante mucho tiempo. Muchas personas llegaron a la fe en Jesucristo, y cambiaron sus vidas radicalmente. Se ha dicho que si no hubiera sido por este avivamiento, Inglaterra hubiera sufrido una revolución igual a la Revolución Francesa.

Jonatán Edwards, predicador de avivamiento

Junto con Jorge Whitefield, Jonatán Edwards fue una de las personas claves en el «Primer Gran Despertar» en Norteamérica durante la primera mitad del siglo XVIII. También es conocido como el «teólogo de avivamiento» por excelencia.
En su niñez, Jonatán fue educado por su padre, mientras sus hermanas mayores investigaban sus respectivos campos de estudio de manera independiente. Su padre era un hombre erudito, y por tanto no tenía ninguna dificultad en impartir a sus hijos una educación superior. En este ambiente, Jonatán empezó a interesarse en muchas cosas, especialmente en la investigación de la naturaleza. Así adquirió conocimientos excepcionales para su edad. Un biógrafo dice:
«Bajo estas circunstancias, su educación era ciertamente menos sistemática, y menos sujeta a reglamentos, que normalmente en una escuela. Pero al mismo tiempo, esta clase de educación fue mucho más apropiada para formar en él un comportamiento más agradable, sentimientos más tiernos e inclinaciones más puras.»
A la edad de trece años, Edwards ingresó al Colegio (Escuela Superior) de Yale en New Haven.

Wolfgang Amadeus Mozart, músico y compositor

El padre de Mozart era un músico profesional y profesor de música. El enseñaba a su hijo en casa – no solamente música, sino también idiomas y todos los temas académicos. Mozart nunca fue a la escuela. A la edad de 14 años fue nombrado maestro de concierto en la corte del arzobispo de Salzburgo. El era uno de los compositores más famosos. Durante su corta vida creó más de 600 obras musicales.

Mark Twain, escritor humorístico

Mark Twain fue un escritor humorístico del siglo XIX. Escribió la conocida novela «Las aventuras de Tom Sawyer», y muchos otros libros. A la edad de 12 años comenzó un aprendizaje en una imprenta. Por las tardes acostumbraba ir a las bibliotecas públicas para educarse a sí mismo. No tenía educación formal y dijo acerca de la escuela: «Nunca permití que la escuela interfiriera con mi educación.»

Hans Christian Andersen, poeta y autor de cuentos infantiles

Autor de cuentos infantiles como «El patito feo», «Pulgarcito», «El inconmovible soldadito de hojalata», «La sirenita», y muchos otros. – Andersen no era un buen alumno en la escuela. Más tarde dijo que sus años escolares eran los años más oscuros y amargos de su vida. El tenía dificultad de leer, y sus profesores lo desanimaban en sus intentos de escribir. Sin embargo, él se convirtió en uno de los escritores más famosos de Dinamarca.

Agatha Christie, autora de novelas policiales

Agatha Christie, autora muy conocida de novelas policiales, nunca asistió a la escuela. Su padre le enseñaba matemáticas, y varios tutores le enseñaban otros temas en su casa. Como niña, ella era muy buena en crear sus propios juegos para ocuparse. Agatha era una niña muy tímida y no sabía expresarse bien al hablar. Por tanto, comenzó a expresar sus sentimientos por medio de la música, y más tarde escribiendo novelas. Durante su vida escribió ochenta libros y doce obras teatrales.

Sobre la escuela dijo:

«Supongo que es porque casi todos los niños hoy en día van a la escuela donde todo es programado para ellos, que al parecer son tan perdidamente incapaces de producir ideas propias.»

Christopher Paolini, autor de novelas de fantasía

Los padres de Christopher decidieron educarle en casa, junto con su hermana menor. Se mudaron a un lugar alejado en el campo para permitir a sus hijos «tener tiempo para observar las nubes, y tener espacio para pensar». Ellos adaptaron el contenido de los estudios a los intereses de los niños, y los llevaron a menudo a la biblioteca del pueblo. Christopher dice que leyó tres mil libros.

A la edad para la escuela secundaria, Christopher entró en un programa de estudios a distancia, y lo concluyó a la edad de 15 años, pero decidió postergar su educación superior. En lugar de ello comenzó a escribir una novela de fantasía, «Eragon», para entretenerse a sí mismo. En el transcurso de este proyecto, aun aprendió a fundir hierro para experimentar por él mismo como se hacen cuchillos, espadas y armaduras. También estudió los principios de escribir una novela. Cuando la novela fue terminada, toda la familia colaboraba en revisarla y editarla. Christopher mismo dibujó ilustraciones y mapas. En 2002, cuando Christopher tenía 18 años, el manuscrito era listo para ser imprimido. Como familia vendieron diez mil ejemplares. Después una editorial profesional lo reimprimió, y «Eragon» se volvió una de las novelas más vendidas en Estados Unidos.

Soichiro Honda, fabricante de motos

El fundador de la empresa de motores Honda aprendió a arreglar bicicletas en el taller de su padre. A la edad de 15 años, sin educación escolar formal, se fue a Tokyo a buscar trabajo. Allí trabajó durante seis años como mecánico de automóviles. Después fundó su propia empresa, la cual se desarrolló hasta producir las motos más vendidas del mundo.

Erik Demaine, científico de computadoras

Erik Demaine es un investigador y docente universitario en ciencias de computación. El dice acerca de su educación:

«Yo aprendí a leer a una edad temprana, pero no tuve mucho interés en ello. No leí libros escolares antes de entrar a la universidad. Mi padre, Martín Demaine, me educó en casa hasta que entré a la universidad. El estaba en contra de la escuela y quería involucrarse personalmente en mi educación. El viajaba mucho, entonces viajábamos mucho por Estados Unidos y Canadá. Vi muchas diferentes culturas y me encontré con muchas diferentes personas de diferentes trasfondos y diferentes edades.»

Su padre es un escultor y vidriero sin educación superior.

Erik estaba muy interesado en los juegos de computadora y después en programar. A la edad de siete años escribió su primer programa de computadora, un juego de aventura de texto. Cuando sus ambiciones fueron más allá de sus conocimientos, su padre lo inscribió en unos cursos de matemática e informática en la universidad de su ciudad, y el padre asistió a las clases junto con su hijo. Aunque Erik tenía solamente doce años, tuvo las mejores notas. El recuerda: «Tuve muy buenos compañeros de clase, y me trataban como a cualquier otro estudiante.»

A los 14 años obtuvo su bachillerato y prosiguió a la maestría y el doctorado. Entonces comenzó a trabajar como docente de informática en la conocida universidad MIT (Massachusetts Institute of Technology). Con solamente 20 años de edad, él era el docente más joven que alguna vez había trabajado en aquella universidad.

El Dr.Demaine es más conocido por su trabajo en algoritmos geométricos que combinan el arte, la ciencia y el juego. El fundó la especialidad del origami computacional. Esta especialidad tiene aplicaciones en campos tan diversos como la producción industrial (fabricación de hojas de metal) y la biología (investigando las formas de las proteínas).


Consideraciones finales

Debe llamar nuestra atención el solo hecho de que tantos personajes famosos no veían mucho sentido en la escuela, o ni siquiera asistían a ella. Incluso se podrían agregar muchos otros nombres más a esta lista. Puesto que los padres que educan a sus hijos en casa, son normalmente una minoría muy pequeña (quizás con la excepción de Norteamérica en el siglo XVIII y a inicios del siglo XIX), es un hecho realmente llamativo, que tantos genios reconocidos hayan surgido de esta pequeña minoría.

Al compilar las biografías de estas personas, me llamó la atención además el hecho de que en las vidas de muchos de ellos – especialmente de los americanos del siglo XVIII y XIX – los libros tenían un lugar prominente. Muchos de ellos escogieron inicialmente una ocupación relacionada con libros y documentos impresos: Impresor, vendedor de periódicos, encuadernador de libros, bibliotecario. A una edad temprana, ellos ya sabían proporcionarse ellos mismos las informaciones que necesitaban o que les interesaban. En otras palabras: Ellos habían aprendido a aprender (activamente); y por tanto eran capaces de instruirse ellos mismos. Muy a diferencia del niño escolar promedio, que no aprende a aprender, sino solamente a asimilar pasivamente unos trozos de conocimiento, para volver a escupirlos en los exámenes. (Además observo diariamente que a la mayoría de los niños escolares no les gusta leer en absoluto.)
Esta capacidad de aprender por sí mismos y decidir por sí mismos, es lo que hizo grandes a las personas descritas. Pero exactamente esta capacidad está siendo despreciada y reprimida en las escuelas.

Además me llamó la atención, que muchos de los personajes mencionados fueron preparados para su trabajo futuro, no por lo que aprendieron en la escuela, sino ¡por medio de lo que jugaban en casa! – María Montessori dijo: «El juego (¡no la escuela!) es el trabajo del niño.»
Miremos en nuestra imaginación al pequeño Edison, construyendo modelos de máquinas y haciendo experimentos químicos. Observemos a Orville y Wilbur Wright, inventando juguetes mecánicos. Pensemos en Jorge Washington, que mide campos y dibuja mapas como pasatiempo, y poco después recibe una oferta de trabajo serio, haciendo lo mismo. Imaginémonos a Churchill ensayando tácticas de guerra con sus soldados de juguete – y muchos años más tarde, ganando la Segunda Guerra Mundial con soldados verdaderos. Miremos al pequeño Erik Demaine, programando juegos de computadora, quizás sin imaginarse que algún día sería un especialista de computadoras famoso. En algunos de estos casos vemos incluso una transición inmediata del juego de niño al trabajo de adulto.
Por supuesto, en estos ejemplos no se trata de juegos de rutina repetitivos que matan el intelecto. Se trata de juegos que exigen iniciativa propia y reflexión. Esta forma de juego creativo es una preparación válida, quizás la mejor preparación, para un trabajo productivo.


Fuentes: Artículos en «Wikipedia»y biografías en www.knowledgehouse.info.
Además:
(Juan Wesley) John Telford, «The Life of John Wesley»; John Wesley, Prédicas.
(Jonatán Edwards) Timothy Dwight, «Memoirs of Jonathan Edwards»

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Los genios no surgen de la escuela – Parte 2

Genios famosos que no fueron a la escuela, o tenían problemas con ella

Esta es la continuación de una colección de datos biográficos acerca de unas personas mundialmente famosos, quienes desarrollaron su genialidad de manera independiente de la escuela. Sea porque no asistieron a la escuela en absoluto; o sea porque tenían problemas con la escuela y por tanto adquirieron sus conocimientos y habilidades más importantes de manera independiente.
La lista no es de ninguna manera completa; se podrían añadirle todavía muchos otros nombres.

Después de presentar en la primera parte a nueve inventores y científicos, veremos ahora las vidas de nueve estadistas.


Jorge Washington, Fundador y primer presidente de los Estados Unidos

Washington fue uno de los fundadores, y el primer presidente, de los Estados Unidos. El fue educado en casa, mayormente por su medio hermano mayor. Su ortografía no era muy buena, pero le gustó la matemática y era muy bueno en ello. Especialmente le interesaba la topografía. A la edad de 14 años practicó midiendo los campos cerca del lugar donde vivía. El dibujaba unos mapas tan exactos que a la edad de 16 años fue solicitado para colaborar en un equipo de topografía. A la edad de 21 años entró al ejército, y más tarde a la política. En 1787 contribuyó a la redacción de la constitución de los Estados Unidos, y en 1789 fue elegido como el primer presidente.

John Quincy Adams, presidente de los Estados Unidos

Adams fue elegido presidente de los Estados Unidos en 1824. El fue educado por sus padres y no asistía a la escuela. Su padre era un militar y diplomático. Cuando John Quincy tenía once años, su padre lo llevó a una misión diplomática a Francia. Durante el viaje pasaron muchas aventuras y peligros. Como secretario de su padre, John Quincy Adams aprendió ocho idiomas.

A la edad de 14 años, durante la revolución americana, Adams fue elegido asistente del primer diplomático americano a Rusia. Sin haber asistido a la escuela, entró a la universidad de Harvard a la edad de 19 años y se graduó allí.

Abraham Lincoln, presidente de los Estados Unidos

Abraham Lincoln nació en una familia pobre y tenía que ayudar a mantener a su familia, cultivando la tierra, haciendo leña, realizando trabajos de carpintería, y otros trabajos parecidos. Su madrastra le animó a leer y aprender. Abraham lo hizo, estudiando en casa por su cuenta. Durante toda su vida no había ido a la escuela más de un año en total. El se educó a sí mismo, leyendo libros y revistas prestados. Resolvió sus primeros problemas matemáticos a la luz del fogón, escribiendo números con carbón sobre un trozo de madera. Más tarde pudo comprarse un poco de papel, se hizo un cuaderno y escribía con una pluma y con tinta hecha de zarzamoras. Cuando salía a la chacra, siempre llevaba un libro en el bolsillo para leer durante los tiempos de descanso.

Como joven adulto, Lincoln trabajaba en diferentes trabajos: como piloto de un barco en el río; como topógrafo, como empleado de una tienda y del correo. En su tiempo libre estudiaba derecho por su propia cuenta, leyendo libros de ley. Así se convirtió con el tiempo en un abogado reconocido.

En 1847 fue elegido al congreso de los Estados Unidos, y en 1860 fue elegido presidente. Como presidente abolió la esclavitud, y tuvo la difícil tarea de poner fin a la guerra civil. Se le considera uno de los presidentes más famosos de los Estados Unidos.

Teodoro Roosevelt, presidente de los Estados Unidos

Roosevelt fue elegido vicepresidente de los Estados Unidos en 1901, y presidente en 1904. Como niño era enfermizo y asmático, y fue educado en casa por sus padres. Sus padres le ofrecieron una gran variedad de libros, pero nunca lo obligaron a leer algún libro en particular. Roosevelt hizo mucho ejercicio para mejorar su salud, y logró montar caballo, cazar, y escalar montañas. – Roosevelt es conocido por haber iniciado la construcción del canal de Panamá.

Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos

Woodrow Wilson era presidente de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial. El tenía más de diez años cuando aprendió a leer. En compensación, cuando era adolescente aprendió taquigrafía por su propia cuenta. Sus estudios eran mayormente en casa, bajo la dirección de su padre. Asistió un año al colegio; después entró a la universidad de Princeton donde se graduó a la edad de 23 años. Más tarde fue presidente de la misma universidad.

Salomón, rey de Israel

Salomón tenía la fama de ser la persona más sabia del mundo. Su «escuela» fue la educación por parte de su padre, el rey David, como relata Salomón en susProverbios:

«Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre.
Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides, ni te apartes de las razones de mi boca…»
 (Proverbios 4:3-5)

Como rey de Israel, Salomón estaba también obligado a escribir su propia copia de la Ley de Dios (los cinco libros de Moisés) y leer diariamente en este libro. En consecuencia, Salomón dijo que el comienzo de la sabiduría es temer a Dios (Proverbios 9:10).

Daniel, profeta bíblico y estadista

Daniel era israelita, pero en su adolescencia fue llevado cautivo por los babilonios y fue obligado a asistir a una escuela de ellos. Allí, los alumnos tuvieron que hacer varias cosas que Dios no permitía. Daniel se negó a participar en eso, aunque puso en riesgo su salud y su propia vida. Al final, se encontró que Daniel era el mejor alumno de todos, y le fue asignado un alto cargo en el gobierno de Babilonia.

Winston Churchill, Primer Ministro inglés

Churchill fue Primer Ministro inglés durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a su liderazgo, los alemanes bajo Hitler nunca pudieron invadir Inglaterra.

Churchill nunca pudo encontrar sentido en los estudios escolares. En lugar de ello, prefería jugar con sus soldados de juguete. Esto mismo fue la preparación para su carrera posterior: Entró a una academia militar y obtuvo resultados excelentes en tácticas de guerra, construcción de fortalezas, etc. Después fue oficial del ejército inglés y se hizo famoso como corresponsal de guerra.

Más tarde dijo: «Mi educación comenzó … después de que salí del colegio.» Y también escribió:

«Las escuelas no tienen necesariamente mucho que ver con educación… Más que todo son instituciones de control, que inculcan unos hábitos básicos en los jóvenes. Educación es algo muy diferente y tiene muy poco lugar en la escuela.»

Fuentes: Artículos en «Wikipedia»y biografías en www.knowledgehouse.info.
Además:
(Salomón, Daniel) La Biblia.

(Continuará)

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Los genios no surgen de la escuela

Genios famosos que no fueron a la escuela, o tenían problemas con ella

Ya existen muchas investigaciones que comprueban que la escuela no es necesaria para aprender; y que al contrario, para muchos niños el ambiente del hogar es mejor para el aprendizaje que la escuela. Vea por ejemplo el reporte del Instituto Fraser acerca de la educación en casa en Canadá y Estados Unidos; o las investigaciones del Dr.Raymond Moore.
En complemento a estas investigaciones, presento aquí una colección de datos biográficos acerca de unas personas mundialmente famosos, quienes desarrollaron su genialidad de manera independiente de la escuela. Sea porque no asistieron a la escuela en absoluto; o sea porque tenían problemas con la escuela y por tanto adquirieron sus conocimientos y habilidades más importantes de manera independiente.
La lista no es de ninguna manera completa; se podrían añadirle todavía muchos otros nombres.


Tomás Alva Edison, inventor

Tomás Edison tenía casi cuatro años cuando aprendió a hablar. Pero aun antes de poder hablar, mostró un vivo interés en objetos mecánicos.

A la edad de siete años, Tomás asistió a la escuela durante tres meses. Pero le pareció muy aburrido; y además tenía un problema de audición, de manera que su profesora lo consideró un niño tonto. Tampoco le gustó a la profesora que Tomás hiciera tantas preguntas, y ella no tenía paciencia con él. Entonces su madre lo sacó de la escuela y lo educó en casa. Le gustó leer y leyó muchos libros. Especialmente le interesaron los libros de historia. También le gustó mucho investigar y hacer experimentos científicos. De niño construyó modelos funcionales de un aserradero y de una locomotora a vapor. A la edad de nueve años implementó un laboratorio químico en el sótano de su casa.

Tomás deseaba tener dinero para comprar lo que necesitaba para sus experimentos. Entonces cultivó verduras en el jardín y los vendió. A la edad de 12 años empezó a vender periódicos en los trenes; y además produjo su propio periódico con una pequeña imprenta que llevó en el vagón de equipaje del tren. Más tarde aprendió el oficio de operador de telégrafo.

Edison fue uno de los inventores más productivos de todos los tiempos. Hizo más de mil inventos; entre ellos la luz eléctrica, el generador de electricidad, la batería eléctrica, y el primer aparato para grabar y reproducir sonidos.

Blas Pascal, científico y filósofo

Junto con sus dos hermanos fue educado en casa por su padre. Con tan solo once años escribió un pequeño tratado sobre los sonidos de cuerpos en vibración. Su padre respondió ante esto prohibiéndole continuar dedicándose a las matemáticas, por miedo a que perjudicaran sus estudios de Latín y Griego. No obstante, a pesar de sus prohibiciones, un día lo encontró escribiendo con un trozo de carbón en la pared, una demostración independiente de que los ángulos de un triángulo suman dos ángulos rectos. A partir de ahí al niño (ahora con doce años) se le permitió estudiar a Euclides, y se le permitió asistir como oyente a las asambleas de algunos de los mejores matemáticos y científicos de Europa.

Blas Pascal es conocido como matemático, físico y filósofo. Inventó la primera calculadora mecánica (para ayudar a su padre en su trabajo como contador), descubrió las leyes básicas acerca de la presión de los gases, fundó la teoría matemática de la probabilidad, y escribió una defensa filosófica del cristianismo.

Leonardo Euler, matemático

El famoso matemático suizo fue hijo de un predicador evangélico, y fue enseñado por su padre en casa. Un biógrafo dice:
«Leonardo (…) debía su educación intelectual a la enseñanza cuidadosa que recibió de parte de su padre en persona. Su padre era un conocedor de la matemática, alumno del famoso matemático Juan Bernoulli. Por tanto, la matemática era uno de sus temas favoritos de enseñanza. (…) Después de que Leonardo adquiriera los conocimientos generales necesarios, su padre lo envió a la universidad de Basilea para estudiar teología. Pero él se ocupó no solamente con el estudio de su vocación, sino también con mucho esmero y éxito con la matemática, bajo la tutela del venerable Juan Bernoulli.»
Como veremos más adelante, Euler no fue el único estudiante a lo largo de la historia, que fue admitido a una universidad sin haber asistido a la escuela, y concluyó sus estudios con éxito. A la edad de 16 años recibió el título de magíster.

Euler tuvo trece hijos y los enseñó él mismo en ciencias, matemática y en las Sagradas Escrituras, siguiendo el ejemplo de su padre.

Leonardo Euler fue uno de los matemáticos más productivos e innovadores de la historia, y también un cristiano convencido. Sus obras de investigación comprenden 74 tomos y abarcan temas tan variados como la mecánica, la construcción de barcos, la óptica, la música, el cálculo integral, la astronomía, la teología, y otros más. Uno de sus logros más importantes fue que puso el fundamento para el uso del número e (también llamado «número de Euler») como base de los logaritmos naturales, y descubrió la famosa fórmula eip + 1 = 0, la cual establece una conexión inesperada entre las constantes matemáticas más importantes.

Sophie Germain, matemático

Sophie Germain fue la primera mujer conocida por investigaciones originales importantes en la matemática. La Academia Francesa la premió por sus trabajos en la física matemática, y ella contribuyó unos trabajos preliminares importantes hacia una demostración de la Conjetura de Fermat.
Ella pasó su niñez bajo las sombras de la Revolución Francesa, y sus padres la mantenían casi todo el tiempo en casa. Sophie Germain nunca asistió a la escuela; ella adquirió todos sus conocimientos por medio del estudio independiente en casa. A la edad de trece años leyó acerca de la muerte de Arquimedes, y esta historia la entusiasmó por las matemáticas. Al inicio, su familia quiso impedirle seguir este interés, porque en aquellos tiempos eso se consideraba inaceptable para su edad y su sexo. Pero ella se levantaba cada noche en el frío para estudiar, aun después de que sus padres habían escondido todas las velas y ropas. Al ver su persistencia, por fin sus padres le dieron libertad para estudiar la matemática. A la edad de diecisiete años comenzó a aprender el cálculo infinitesimal.
Con dieciocho años, ella consiguió los materiales de enseñanza de unos docentes de la Escuela Politécnica recién fundada (donde ella no tenía acceso, siendo mujer). Pero los profesores tenían la costumbre de animar a sus estudiantes al fin de las clases, a entregar unas observaciones y comentarios por escrito acerca de las exposiciones del profesor. Entonces, Sophie Germain escribió sus comentarios – bajo el nombre de otro estudiante – al profesor José Luis Lagrange acerca de sus enseñanzas de análisis. Lagrange se impresionó tanto por su trabajo, que se esforzó por ubicar a la autora verdadera, para expresarle su aprecio y admiración. Más tarde, ella entró en correspondencia con Adrien-Marie Legendre, C.F.Gauss, y otros matemáticos.

Michael Faraday, científico

Faraday era un científico inglés del siglo XIX. No tenía casi nada de educación escolar, y tuvo que estudiar por su propia cuenta. A la edad de 14 años comenzó un aprendizaje donde un encuadernador y librero. Durante este aprendizaje de siete años, él leyó muchos libros, sobre todo científicos.

Después de su aprendizaje, a la edad de 20 años, Faraday comenzó a asistir a las exposiciones del químico conocido Humphry Davy, y empezó a trabajar como su asistente. Más tarde continuó las investigaciones y experimentos por su propia cuenta. Se le considera uno de los mejores experimentadores de todos los tiempos.

Entre otros, Faraday descubrió la inducción electromagnética y las leyes de la electrólisis. Inventó un precursor del mechero Bunsen y el sistema de los números de oxidación.

Faraday tenía también una fe cristiana firme. Cuando fue preguntado cuáles eran sus especulaciones acerca de la vida después de la muerte, él respondió: «No tengo especulaciones. Yo descanso sobre certezas.»

Pierre Curie, físico francés

El co-descubridor de la radioactividad y de la energía nuclear, fue educado por su padre y alcanzó el equivalente de un grado universitario a la edad de 18 años.

Los hermanos Wright, pioneros de la aviación

Wilbur y Orville Wright eran los constructores del primer avión. Sus padres les permitieron a menudo ausentarse de la escuela para trabajar en sus propios proyectos en casa. Ellos tenían muchos libros, y valoraban la creatividad y el juego constructivo. Los dos niños tenían la libertad de experimentar y explorar todo lo que los interesaba. Entonces Orville se alejó completamente de la escuela porque no tenía ningún interés para él. Wilbur era un buen alumno, pero no terminó la escuela secundaria y decidió no graduarse porque sería «una pérdida de dinero y tiempo». Sin embargo, los dos hermanos tenían los conocimientos equivalentes a un grado universitario, gracias a sus estudios en casa.

Ellos pasaron mucho tiempo inventando juguetes mecánicos. Así adquirieron experiencia en resolver problemas técnicos. Su padre siempre les traía recuerdos de sus viajes extendidos. Una vez les trajo un helicóptero de juguete a cuerdas. Esto despertó el interés de los jóvenes en la posibilidad de construir un avión con el cual podrían volar ellos mismos. Entonces leían todos los libros que podían encontrar sobre el tema, estudiaban aerodinámica por su propia cuenta, desarrollaron sus propias teorías e hicieron muchos experimentos. Su primer vuelo exitoso tuvo lugar en 1903, con un biplano diseñado y construido completamente por ellos mismos.

Albert Einstein, científico

Como niño, Albert tenía dificultades de aprendizaje, y sus padres estaban preocupados por su desarrollo intelectual. El no hablaba nada hasta los cuatro años de edad, y aun después hablaba con dificultad hasta los nueve años. En la escuela era infeliz. Sus profesores dijeron que él era lento en comprender, no era sociable, y siempre soñando. Einstein mismo escribió más tarde: «El espíritu del descubrimiento y del pensamiento creativo se pierden en el aprendizaje rutinario (de la escuela).»

Por el otro lado, Albert era capaz de comprender conceptos matemáticos complicados, al aprenderlos por sí mismo. A partir de la edad de 10 años, sus verdaderos estudios sucedían en casa donde él se enseñaba a sí mismo. Su tío Jacob le prestó un libro de álgebra y le envió unos problemas matemáticos para resolver. A la edad de 12 años, él estudió por sí mismo la geometría euclídea, y a los 15 años dominaba el cálculo diferencial e integral.

Sin haber concluido la escuela secundaria, Einstein postuló al Instituto Politécnico de Zurich. Desaprobó el examen de admisión, aunque obtuvo puntajes excepcionalmente altos en matemática y física. Volvió a la escuela y la acabó a la edad de 17 años. Después fue admitido a la carrera de matemática en el mencionado instituto. Pero los métodos de enseñanza en aquel instituto tampoco le gustaron. Por tanto, regularmente faltaba a las clases y pasó mucho tiempo estudiando física por su propia cuenta.

Hoy Einstein es considerado uno de los científicos más famosos del siglo XX.

Benjamín Franklin, inventor, empresario, estadista y escritor

Benjamín Franklin asistió solamente dos años a la escuela (desde los 8 hasta los 10 años). Después dejó la escuela para trabajar en el taller de su padre, fabricando jabón y velas. Pero él mismo se enseñaba gramática y aritmética, y leía todos los libros que podía encontrar. A los 12 años comenzó un aprendizaje en la imprenta de su hermano mayor. Leyó libros sobre muchos temas científicos y escribió artículos para el diario que ayudaba a imprimir. A los 23 años se independizó y fundó su propia imprenta.

Franklin era un hombre polifacético. Era escritor, empresario, inventor, y político. Inventó el pararrayos, escribió un sinnúmero de artículos en revistas, organizó el primer cuerpo de bomberos, organizó el correo y el pavimentado y el alumbrado de las calles en la ciudad de Filadelfia, y contribuyó a la independencia de los Estados Unidos como uno de sus fundadores.

Fuentes: Artículos en «Wikipedia»y biografías en www.knowledgehouse.info.
Además:
(Leonardo Euler) Introducción Biográfica en una reedición de «Instrucción completa de la Álgebra» por Leonardo Euler; James Nickel, «Fundamentos de la matemática».
(Sophie Germain)
Reinhard Laubenbacher y David Pengelley, «Voici ce que j’ai trouvé: Sophie Germain’s grand plan to prove Fermat’s last theorem».

(Continuará)

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Como los centros de cuidado diurno («Casas-cuna») pueden destruir una nación

Apenas publiqué el artículo pasado sobre la importancia de la familia, y me topé con el artículo que reproduzco abajo. Fue escrito en Suecia hace más de veinte años, y demuestra lo que sucede cuando el estado asume el cuidado de los niños. Suecia es la cuna de las «casas-cuna» para niños menores de cinco años, y es el país con la más larga tradición de dichas instituciones. Como demuestra este artículo, el cuidado estatal de los niños pequeños afuera de sus hogares y familias resultó desastroso para la sociedad sueca. Por tanto, me extraña mucho que varios países latinoamericanos deseen ahora reproducir este experimento sueco. ¿Será por ignorancia o al propósito?
Y aun más me extraña el hecho de que la mayoría de los evangélicos, y sus líderes, sigan esta corriente sin cuestionar, y aun aplaudiéndola. Los evangélicos, quienes oficialmente se apoyan en la Biblia, deberían saber que la educación de los niños es tarea de la familia. También deberían saber que la unidad y la restauración de las familias es una de las prioridades más grandes en el plan de Dios. Sin embargo, la mayoría de ellos no solo apoyan modelos como el fracasado modelo sueco, sino incluso lo reproducen en sus propias iglesias. Da mucho que pensar.


Como los centros de cuidado diurno («Casas-cuna») pueden destruir una nación
Por Jan-Olaf Gustafsson, 1989

Antes de relatar mis experiencias con los centros de cuidado diurno en Suecia, deseo presentarme a mí mismo.

Soy ciudadano sueco, de 47 años, casado, y padre de dos hijas que ahora tienen 20 y 17 años. Mi esposa es educadora diplomada para casas-cuna y trabajó en su profesión hasta el nacimiento de nuestra primera hija.

Cuando ella estaba embarazada con nuestra primera hija, ella me dijo que no quería poner a nuestro bebé en una casa-cuna. En aquel tiempo, ella misma trabajaba en una casa-cuna. La pregunté por qué, y ella me respondió que desde su propia experiencia, ninguna persona ajena era capaz de dar a un niño el amor y la atención que corresponde a la unión amorosa entre padres e hijos.
Algunas noches ella regresaba de su trabajo y lloraba por sus pequeños «clientes» que fueron dejados por la mañana en la cuna como encomiendas vivas, y por la tarde recogidos por sus padres.
Le prometí que iba a hacer todo lo posible para asegurar los ingresos necesarios para nosotros, para que ella misma pudiera atender a nuestro bebé.

Nuestra hija mayor nació en 1969. Al inicio todo fue bien. Pero en 1971, el gobierno sueco promulgó una ley que lo hizo prácticamente imposible para una familia sueca promedia, vivir con un solo sueldo. Esta reforma tributaria fue uno de los hitos en el camino hacia la destrucción de la familia tradicional en nuestro país.

Nuestra segunda hija nació en 1972. Desde entonces hemos luchado por nuestra sobrevivencia frente a un sistema maligno de impuestos, el cual discrimina a miles de padres en nuestro país, solamente porque ellos desean educar a sus hijos ellos mismos en su propio hogar. Logramos mantenernos a duras penas. Hace unos años, mi esposa volvió a su trabajo anterior para dar un poco de amor a aquellos niños, que en ciertos libros de sociología son descritos como «objetos».

Con excepción de los países (entonces) comunistas de Europa Oriental, Suecia tiene la tradición más larga de cunas estatales para niños pequeños. Pero antes de describir la situación actual (de 1989), deseo resumir nuestra historia. Esto es importante, porque muchos países alrededor del mundo están copiando nuestro sistema de casas-cunas – aunque con la experiencia de 25 años aquí en Suecia, este sistema resultó ser el desastre social y económico más grande del siglo XX.

El concepto de los centros de cuidado diurno fue diseñado en la década de los 1930 por Alva Myrdal – sin considerar si los padres tenían alguna necesidad de ello o siquiera se interesaban en ello. Junto con su esposo Gunnar, ella describió estas ideas en varios libros. (Más tarde, ambos ganaron el Premio Nobel por otros logros.) Como muchos de su generación, ellos hablaban a menudo de «crear una nueva generación de hombres que encajarían mejor en un nuevo orden mundial». Al inicio de la década de los 1930, ellos cambiaron de partido y se hicieron miembros del partido gobernante en Suecia. Poco después fueron encargados con elaborar planes para la «familia moderna» y la sociedad del futuro.

Los Myrdal tenían opiniones chocantes acerca de la familia, y acerca de las amas de casa que se dedicaban a la educación de sus propios hijos. En su libro «Crisis en el asunto de la población», escribieron:
«Para individuos débiles, tontos, perezosos, sin ambiciones o menos inteligentes (con esto se refieren a las madres que se preocupan por sus hijos en casa, N.d.tr.), todavía es posible quedarse en el ambiente del hogar y vivir como amas de casas y sirvientas. Y al fin la prostitución, para la cual ellas como sirvientas se hacen siempre disponibles.»

El ex primer ministro Palme anunció la muerte del ama de casa. Su ministro de igualdad dijo que las amas de casa eran piezas de museo; y un diario grande declaró que las amas de casa eran «traidoras». Después de difamar de esta manera a las amas de casa y ensuciar su reputación, era más fácil quitarles sus derechos. Incontables mujeres de todas las edades perdieron su orgullo y su autoestima, y fueron atrapadas por el sistema.

Las mujeres son forzadas a trabajar. Esta es la realidad del «paraíso» sueco hoy. En el transcurso de cuarenta años llegamos a esta situación, porque al inicio nadie sabía donde iba a terminar. El proceso comenzó con la legislación. Hoy hemos llegado a un punto donde la palabra «familia» ya no existe en las leyes y fue sustituida por «hogar». ¿Pero qué significa «hogar»? Un «hogar» puede consistir en dos lesbianas o dos homosexuales que adoptaron hijos. Aun la Constitución no menciona ningún derecho de los padres.

Además, los impuestos sobre los ingresos fueron cambiados paulatinamente, de manera que una familia promedia con un solo sueldo ya no puede sobrevivir. ¡Tenemos hoy en Suecia la situación de que los matrimonios se divorcian para poder seguir viviendo juntos! Esto suena extraño; pero el sistema social apoya a los divorciados más que a los casados. Por tanto, muchos matrimonios están dispuestos a divorciarse jurídicamente, para mejorar su situación financiera. Por la misma razón, muchas parejas no se casan. Mientras son solteros, reciben dos subsidios y lo doble de todo.

El partido gobernante de Suecia publicó un libro que presenta el programa para el futuro de la sociedad. El libro es titulado «La familia del futuro: una política socialista para la familia.» – Este libro dice que los niños son «obstáculos para la emancipación de la mujer moderna». En un capítulo se exige que el desarrollo emocional, intelectual y material de los niños sea sometido al estado. A los jóvenes suecos hoy les parece completamente normal, aceptar estas directivas. Así viven según las convicciones que les fueron impuestos por la propaganda masiva y por el sistema tributario. Es muy triste ver a padres jóvenes, inteligentes y educados, con capacidades sobresalientes en diversas áreas de la vida, pero que al mismo tiempo carecen de toda confianza en sus propias capacidades como padres.

Usted se preguntará: ¿Cómo fue posible que esto sucediera en un país que se llama un país libre? – Los diseñadores de este sistema implementaron una combinación astuta de un principio que es a la vez permisivo y restrictivo. La mayoría de la gente concentra sus metas en el dinero y en la adquisición de cosas materiales, lo que llaman «nivel de vida». Suecia es un campo experimental del sistema bancario internacional y de los mega sistemas de registración y control de la población. El país tiene un territorio grande, pero solo ocho millones de habitantes. El sueco promedio fue formado por una tradición de 500 años, de aceptar los reglamentos y decretos gubernamentales sin cuestionar. A menudo observo que los extranjeros que vienen a Suecia, se dan cuenta fácilmente de la situación, mientras los mismos suecos no se dan cuenta de lo que pasa, porque no confían en sus propias opiniones y conclusiones.

Hace unos años, el parlamento sueco decretó que cada niño entre uno y cinco años tenga un cupo garantizado en una cuna estatal. Este «derecho legal del niño» garantiza a cada niño a partir de seis meses un lugar en un centro de cuidado diurno, según el programa político antes mencionado. El sistema sueco es totalitario; no deja alternativas a sus ciudadanos. Se invierten sumas enormes de dinero en las casas-cunas; pero aquellos padres que desean educar a sus propios hijos, no reciben nada. Al contrario, ellos tienen que pagar más impuestos que aquellos que se adaptan al sistema.

La situación social en la Suecia actual está en revuelta. Las escuelas son dominadas por la violencia; padres y profesores son amenazados y derribados a golpes. El metro subterráneo es contínuamente destruido por adolescentes. Ellos pintan los trenes con spray y cortan los asientos con cuchillos. Cada año se gastan cinco millones de dólares para arreglar estos daños. ¿Qué futuro le espera a un país donde los ancianos ni siquiera de día se atreven a salir a la calle?

Los problemas ocurren aun en los niños muy pequeños. Según las investigaciones médicas del Instituto para la investigación del estrés en Suecia, cada tercer niño de cuatro años sufre de trastornos psicológicos. No estamos hablando aquí de adolescentes, ¡se trata de pequeñitos de cuatro años!
Cada año, en Suecia se suicidan cien niños. Este es el mismo número como en Alemania, pero con la diferencia de que Alemania tiene 80 millones de habitantes y Suecia solamente ocho millones. Muchos de estos niños tienen tan solamente cuatro, cinco o seis años.

La educación escolar es otro problema. Un número creciente de alumnos concluyen sus nueve años de escolarización, sin saber leer ni escribir. Los profesores se quejan de que tienen que invertir mucho tiempo para enseñar un buen comportamiento a los pequeños, y cosas tan cotidianas como abotonar una camisa, amarrar los pasadores o comer con cuchillo y tenedor. La situación es realmente loca.
Otro ejemplo de la disposición sueca para experimentos, es la ley reciente sobre los «derechos básicos» de los animales en granjas. (…) Esta ley para «condiciones más humanas» para los chanchos, gallinas y vacas significa la bancarrota para miles de granjeros suecos, porque ya no pueden pagar la construcción de la clase de establos lujosos que las nuevas leyes exigen.

Aun el diario New York Times reportó sobre ello en 1988. ¿Qué debemos pensar de una nación que concede a sus animales más y mejores derechos que a sus niños humanos? ¿De verdad deberían otros países seguir el ejemplo de una nación que niega a los padres e hijos el derecho de vivir juntos durante sus primeros años de vida tan importantes, mientras concede a los chanchos y gallinas un «derecho a espacio suficiente y tratamiento apropiado para su especie»?

¿Qué pasará en el futuro? Por ejemplo, ¿qué sucederá cuando estos niños, que ahora crecen como «obstáculos» (desde el punto de vista de los padres), más tarde asumirán el gobierno de la nación? Ellos, que nunca experimentaron amor y sentimientos, ¿despreciarán la vieja generación de sus padres y los considerarán obstáculos para la nueva generación activa? Ya ahora podemos observar un aumento del egoismo, mientras están desapareciendo el amor, la ayuda mutua y la disposición de compartir la carga de los demás.

¿Quién se beneficiará de un sistema que después de 25 años en Suecia resultó ser un desastre social y económico? He vivido muchos años en este sistema. Mi familia y yo hemos sufrido bajo este sistema, económicamente y mentalmente, bajo las campañas estatales contra aquellos que defendieron su deber y derecho fundamental de cuidar de sus propios hijos. He examinado este sistema bajo todas las perspectivas posibles, y no encuentro a nadie quien se beneficiará de ello, excepto un estado secular que transforma a sus ciudadanos para que ellos acepten un sistema totalitario. Esta nueva clase de ciudadanos, sin confianza en sí mismos y dependientes de la ayuda social estatal, no se atreven a hacer cambios ni saben como. Si este mismo proceso se lleva a cabo en otro países, entonces desaparecerán las democracias de personas libres que desean vivir según los mandamientos de Dios. (…) ¿Quién ganará cuando las naciones son debilitadas en vez de ser fortalecidas?

La fuerza más importante de una nación son personas sanas y felices, que han crecido en familias sanas y contentas. Cada sociedad o nación depende de las condiciones de sus familias, porque la familia refleja la situación de la nación. Cuando la familia se debilita o se destruye, la nación entera será destruida dentro de poco. Es necesario detener este proceso de destrucción mientras todavía es posible.

Jan-Olaf Gustafsson es miembro de comité de la Fundación Sueca de Campaña Familiar.

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¿Quién salvará … la FAMILIA?

Dios nos ha creado de tal manera que nacemos en una familia, que se necesita un papá y una mamá para que nazca un niño, y que entonces papá y mamá se ocupen de educar al niño. Este es el orden de la sociedad humana desde la creación, y es confirmado y reforzado muchas veces en la Biblia. Solo unos cuantos ejemplos:

«Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes…»
(Deuteronomio 6:6-7)

«…Pero yo y mi casa (familia) serviremos al Señor.» (Josué 24.15)

«Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás.»
(Proverbios 4:1-4)

«Y vosotros, padres, no provoquen a ira a vuestros hijos, sino edúquenlos en disciplina y amonestación del Señor.»
(Efesios 6:4)

Un padre es la «imagen de Dios» por excelencia:

«Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia (literalmente: paternidad) en los cielos y en la tierra.»
(Efesios 3:14-15)

Entonces, es de vital importancia que un niño experimente paternidad durante su niñez. De otro modo, tendrá serias dificultades para entender y conocer a Dios como Padre.

Otro aspecto de la familia es la convivencia entre hermanos. Allí es natural que haya hermanos mayores y hermanos menores, y que cada uno sea diferente. A nadie le extraña que un hermano sea un buen artista, mientras a otro le gusten los libros y un tercero prefiera el deporte. Tampoco extraña que el hermanito menor todavía no sepa tantas cosas como el hermano mayor.
Los hermanos menores aprenden de los mayores, y los mayores aprenden a ayudar a los menores y a tener paciencia con ellos. Esto es un modelo educativo natural, muy eficaz, instituido por Dios mismo y probado a través de muchos siglos.

¿Por qué entonces durante los últimos 150 años la humanidad ha hecho el esfuerzo de voltear de cabeza este modelo divino, y de sustituir «educación» por «escuela»?

El diccionario Webster original de 1828, que estableció los estándares para el idioma inglés, define «educar» de esta manera:

«Criar, como niño; instruir; informar e iluminar el entendimiento; instilar en la mente los principios de las artes, la ciencia, la moral, la religion y la conducta. Educar bien a los niños, es uno de los deberes más importantes de los padres y tutores.»

¡Notamos que esta definición no menciona la escuela con ninguna palabra!

Pero la sociedad actual lo tiene al revés: cuando se habla de «educación», todos piensan en «escuela», y nadie menciona la familia.

Aquí en el Perú, hace poco fueron las elecciones presidenciales. (Ahora que pasaron, pienso que puedo escribir de ello sin caer bajo la sospecha de hacer propaganda política.)
Algo que más me entristeció en la campaña electoral, fue que ninguno de los candidatos tuviera alguna propuesta para proteger y fortalecer las familias. A ninguno se le ocurrió, por ejemplo, ayudar a las muchas madres que tienen que trabajar fuera de la casa, para que tengan que trabajar un poco menos y pudieran dedicar más tiempo a sus hijos. Muchos prometieron desayunos escolares y almuerzos escolares, pero ninguno hizo una propuesta para que los niños pudieran desayunar y almorzar en sus casas y así tener un poquito de vida familiar, en vez de pasar todo el día en la escuela o en la calle. Ninguno propuso combatir el alcoholismo, o alguna otra de las causas del deterioro general de las familias. Y hasta donde pude ver y oir, a ningún periodista se le ocurrió hacer alguna pregunta al respecto.

Ahora, si estas cosas interesaran a un segmento significativo de la población, seguramente algún político se hubiera ocupado de ello. Pero parece que a nadie le interesa salvar a las familias. Parece que todo el mundo quiere engendrar hijos, tan solamente para abandonarlos al cuidado estatal tan pronto como nazcan. Así crecerá una generación entera de niños sin saber qué es paternidad, sin saber qué son hermanos, sin conocer cariño y amor, sin conocer a Dios.

Los padres quieren que sus hijos sean «educados», pero se olvidan de que ellos mismos son el ingrediente más importante de una verdadera educación. En cuanto a la adquisición de conocimientos, algunos padres pueden necesitar una ayuda desde afuera de la familia. Pero exactamente en esta área, observo cada día en mi trabajo que la escuela falla miserablemente. ¡La mayoría de los niños no entienden lo que el profesor intenta enseñarles!
Hace poco me dijo una madre cansada: «Toda la tarde estoy ocupada con las tareas de mi hijo, porque la profesora me exige que le enseñe esto y que le enseñe aquello…» – La pregunté: «Y no es la profesora quien recibe un sueldo para enseñar al hijo de usted?» – «Sí, pero la profesora dice que son tantos niños en su aula que ella nunca se abastece para enseñar a todos, y que yo puedo hacerlo mucho mejor en la casa donde tengo solamente dos niños.» – «Entonces, ¿para qué lo envía todavía a la escuela?»
Efectivamente, el mismo sistema escolar ya demuestra su incapacidad de enseñar a los niños; pero en vez de admitir su derrota, exige que los padres se conviertan en sus esclavos. Ahora, aun el poco tiempo que la familia podría pasar juntos, es ocupado por las tareas escolares.

Otro deseo de los padres es que sus hijos sean «socializados». ¿Qué entienden con esto?
– Probablemente no saben que muchos pedagogos y planificadores de educación entienden con «socialización»: la adaptación del niño a lo que la sociedad exige de él (o sea lo que ellos, los planificadores de la sociedad, exigen). En otras palabras: que el niño se someta a la presión del grupo y que se vuelva igual como todos los demás. De ahí los currículos estandarizados que exigen que cada niño aprenda las mismas cosas a la misma edad.
En el ambiente de la escuela no puede haber «hermanos mayores y hermanos menores»; no se admite la variedad de intereses, talentos, y ritmos personales del desarrollo; todos tienen que ser iguales. El niño ya no tiene hermanos, solamente tiene «compañeros». En vez de los lazos personales que hay en una familia, solamente conocen relaciones institucionales. En vez del cariño de un padre y una madre que lo aman, solamente recibe la atención de un profesional que hace su trabajo para ganarse la vida, y a menudo con mala gana. ¿Y así todavía nos extraña que las familias se estén deshaciendo?

Ahora, la mayoría de la gente piensa en otra cosa cuando escucha la palabra «socializar». Piensan en aprender a convivir en armonía, a compartir y a ayudarse mutuamente, a respetarse unos a otros, etc. Este sería un significado bueno y positivo de «socialización». Pero ¿sucede esto en la escuela? En realidad, muy poco – a pesar de los esfuerzos de algunos profesores bien intencionados. En un grupo de treinta o cuarenta niños, se impone por naturaleza la «ley del más fuerte»; y un profesor puede hacer muy poco para quebrantar esta dinámica del grupo, por más que quisiera. (Y también hay profesores a quienes ni siquiera les interesa hacer algo al respecto.) Así que el niño escolar es «socializado» por el mal comportamiento de sus compañeros, mucho más que por las (quizás) buenas intenciones del profesor.

Ahora, ¿quién es un mejor ejemplo para un niño: sus compañeros de la misma edad, igual de destituidos de contacto paternal como él mismo; o sus propios padres?
Debe ser claro que los padres están en mejor capacidad de proveer un buen ejemplo para la conducta, la convivencia, y todo lo que está relacionado con la «socialización» (en su sentido bueno). Con excepción, por supuesto, de aquellos casos tristes donde los padres rechazan completamente a sus hijos, o son criminales o alcohólicos violentos – pero por fin, también existen profesores que rechazan a sus alumnos, o que son criminales o alcohólicos.
Observe una mancha de niños escolares en el patio durante el recreo, o en la calle en su camino a casa: Abundan las agresiones, los insultos, las bromas de mal gusto, los golpes. ¿De verdad queremos que nuestros niños sean «socializados» de esta manera?
En una familia, en cambio, donde están presentes los padres (o por lo menos uno de los dos), se pueden observar y «moderar» mucho mejor las relaciones entre hermanos, y entre los niños y sus amigos (cuando los invitan a casa). La presencia y el ejemplo de los padres tienen más peso, y el niño tiene un modelo en que orientarse.

Cierto, educar niños es un trabajo que requiere tiempo y preparación. Pero cualquier padre o madre que ama a sus hijos, estará dispuesto a dar este «sacrificio» por el bien de sus hijos. (En realidad es un «sacrificio» que resultará en el enriquecimiento de los mismos padres, en cuanto a experiencia, madurez, y una mejor relación con sus hijos.) No entiendo por qué tantos padres quieren dejar a sus hijos al cuidado de otras personas, desde que son bebitos, y desde la mañana hasta la noche, y se contentan con verlos unos pocos minutos al día. ¿Nos sorprende, en estas circunstancias, que aumenten los conflictos familiares, las separaciones y divorcios, los problemas psicológicos en los niños? ¿Y que en consecuencia, la sociedad entera comience a deshacerse?

Tristemente, aun las iglesias evangélicas parecen no darse cuenta de lo que sucede. Al contrario, hasta donde veo, ellas participan alegremente en este desmontaje de las familias. En vez de unir las familias, las segregan con sus programas de «escuela dominical». Y en todo lo que he descrito arriba, veo que las iglesias siguen la corriente del mundo sin ofrecer ninguna alternativa. Cierto, existen algunas escuelas evangélicas – pero tristemente, estas tampoco tienen una visión cristiana acerca de la educación y de la familia. ¿Quién entonces se levantará en defensa de esta «especie en extinción», LA FAMILIA?

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